¡¡Hoy es mi cumple!!
Y esta entrada es una mentira muy grande. He comprado las velas para dejar constancia de ello pero ni he soplado ni nada de nada, que da mala suerte. Como os dije en su día no estoy España, así que con el cuento de las entradas programadas he tenido que “adelantar mi cumpleaños” para traeros esta tarta el día oficial, el 27 de Abril. Sí, vosotros la leéis el 27 de Abril, pero yo la he escrito el 24 de Marzo.
¿Cómo lleváis eso de cumplir años? Yo desde que cumplí los 20 lo llevo fatal. Pero este año me lo voy a tomar con humor, que son 31 tacazos pero muy bien llevados, ¡ea!
Quería traeros algo dulce y se me ocurrió esta tarta, que es resultona y está chupada de hacer. Seguro que ya la conocéis todos pero aún no la tenía por aquí.
Esta tarta está muy bien para aprender a manejar la cuajada. La cuajada es un preparado industrial que encontramos en cualquier supermercado. Con ella podemos preparar un postre lácteo. Ya sabéis lo poco que me gusta a mí lo industrial, pero encontrar cuajo natural está complicado. Además para esta tarta nos vale perfectamente. Para hacer cuajada sola a mí no me gusta, pero esta de tres chocolates queda genial.
¿Cómo se usa? Es tan sencillo como seguir las instrucciones del paquete, que dice lo siguiente. Sólo tenemos que controlar las proporciones que son, 2 sobres de cuajada por litro de leche. Añadimos el azúcar que queramos, damos un hervor y dejamos enfriar. Ya está. Acordaos del hervor porque es muy importante. Si no hierve puede que no haga efecto.
Como la cuajada así es una porquería, hace años que circula por la red la receta de la tarta de 3 chocolates. La dinámica es la misma. Parte de las medidas oficiales. Si para un litro de leche necesitamos dos sobres de cuajada, para medio litro necesitaremos uno. Así que haremos cada capa de chocolate con un sobre de cuajada y medio litro de leche.
Hasta ahí bien, ¿pero entonces por qué en la receta nos mareas con leche y nata? Por la cremosidad. Cuanta más grasa más cremosidad. Así que para que no quede una tarta gomosa, como si fuera gelatina, se sustituye la mitad de la leche por nata con un 35% de materia grasa, es decir la que se usa para montar.
Tened en cuenta que lo que es necesario para que actúe la cuajada, el hervor, no es bueno para el chocolate. El chocolate sometido a altas temperaturas puede cambiar de textura, formándose grumos, y también perder aroma y sabor. Por eso primero herviremos la cuajada y luego incorporaremos el chocolate para que se disuelva. Es importa que estemos pasos los hagamos rápidamente, porque la cuajada hace efecto muy rápido, debemos remover en todo momento para que no cuaje demasiado pronto y se formen grumos.
Y ya para que nos quede chula que lo flipas (¡Tía! ¡Que ya no tienes esas para decir esas cosas!) podemos usar acetato para encamisar las paredes del molde. El acetato es un plástico transparente que podemos usar para hacer tartas que no requieran horno. Se usa para que no se pegue la tarta al molde y así nos quede más bonita. Simplemente tenemos que ponerlo alrededor de la tarta, en las paredes, y quitarlo cuando la desmoldemos con cuidado. Nos quedarán unos laterales de la tarta lisos, perfectos. El acetato podéis encontrarlo en tiendas de suministros de hostelería, donde os meterán un clavo de la leche, o en librerías. En librerías venden el aceteto tamaño folio, pero lo cortamos a la mitad horizontalmente y ya tenemos invento para encamisar el molde.
Para hacer esta tarta utilizo un molde de 20 centímetros de diámetro para que quede muy alta, que me gusta más. Pero si lo hacéis así os recomiendo reducir la cantidad de base porque queda muy gruesa. Es cuestión de gustos, a mí me gusta con mucha galleta, pero quizá para las personas normales pueda resultar excesivo 🙂
Ingredientes:
Para la base:
- 1 paquete de galletas María.
- 100 gr de mantequilla a temperatura ambiente.
Para la tarta:
- 150 gr de chocolate negro.
- 150 gr de chocolate con leche.
- 150 gr de chocolate blanco.
- 100 gr de azúcar.
- 750 ml de leche.
- 750 ml de nata para montar (35% de materia grasa).
- 3 sobres de cuajada.
Además necesitaremos:
- Un molde desmontable.
- Acetato (opcional).
Elaboración:
De la base:
- Trituramos las galletas junto con la mantequilla a temperatura ambiente. ¿Recordáis como ponerla en punto pomada? Aquí veíamos cómo hacerlo.
- Encamisamos las paredes del molde con el acetato (opcional) y forramos la base con la mezcla de galleta y mantequilla. Acomodamos bien en el fondo con ayuda de una espátula o el culo de un vaso y reservamos. Esto es importante para que la capa de chocolate negro quede bien recta. Si en nuestra casa hace mucho calor es conveniente que reservemos en la nevera para que endurezca y no se mezcle con la primera capa de chocolate.
De la capa de chocolate negro:
- Echamos en un cazo 150 ml de leche, 250 ml de nata y 50 gr de azúcar. Ponemos a fuego medio-alto y dejamos que se derrita el azúcar.
- Disolvemos 1 sobre de cuajada en los 100 ml de leche fría restantes y, añadimos al cazo.
- Removemos bien, sin parar, mejor con unas varillas y dejamos que alcance el hervor. Mantenemos al fuego unos segundos sin dejar de remover y apartamos del calor.
- Añadimos el chocolate negro en trozos y removemos hasta que se derrita y se integre bien la mezcla.
- Vertemos sobre la base de galletas.
- Reservamos en la nevera.
- Cuando haya enfriado un poco hacemos unas rayas en la superficie con un tenedor.
De la capa de chocolate con leche:
- Echamos en un cazo 150 ml de leche, 250 ml de nata y 50 gr de azúcar. Ponemos a fuego medio-alto y dejamos que se derrita el azúcar.
- Disolvemos 1 sobre de cuajada en los 100 ml de leche fría restantes y, añadimos al cazo.
- Removemos bien, sin parar, mejor con unas varillas y dejamos que alcance el hervor. Mantenemos al fuego unos segundos sin dejar de remover y apartamos del calor.
- Añadimos el chocolate con leche en trozos y removemos hasta que se derrita y se integre bien la mezcla.
- Vertemos esta capa sobre la anterior, que debe estar un poco cuajada y rayada con el tenedor. Para que no se nos mezclen las capas, vertemos la mezcla encima de la otra capa pero poniendo una cuchara sopera que amortigüe el chorro. Como vemos en las imágenes.
De la capa de chocolate blanco:
- Echamos en un cazo 150 ml de leche y 250 ml de nata. Ponemos a fuego medio-alto.
- Disolvemos 1 sobre de cuajada en los 100 ml de leche fría restantes y, añadimos al cazo.
- Removemos bien, sin parar, mejor con unas varillas y dejamos que alcance el hervor. Mantenemos al fuego unos segundos sin dejar de remover y apartamos del calor.
- Añadimos el chocolate blanco en trozos y removemos hasta que se derrita y se integre bien la mezcla.
- Vertemos esta capa sobre la anterior, que debe estar un poco cuajada y rayada con el tenedor. Para que no se nos mezclen las capas vertemos la mezcla encima de la otra capa poniendo una cuchara sopera que amortigüe el chorro. Como vemos en las imágenes.
Para terminar:
- Dejamos enfriar en la nevera hasta el día siguiente o hasta que haya cuajado y desmoldamos con cuidado.
- Quitamos el acetato y decoramos al gusto espolvoreando un poco de cacao en polvo por ejemplo. Si vais a hacer ésto, espolvoreadlo a través de un colador, para que se disperse mejor.
Notas.
- Separamos 100 ml de leche fría para disolver mejor la cuajada. Si lo hiciéramos en líquido caliente saldrían grumos, igual que pasa con la maizena.
- Es importante trabajar rápido para que no cuajen las mezclas antes de echarlas en el molde.
- También es importante que la capa anterior haya cuajado ligeramente para que no se mezclen las capas así que, entre capa y capa acordaos de reservarla en la nevera.
- A la hora de llevar la cuajada al hervor no mezcléis muy fuerte con las varillas o saldrán burbujas de aire que cuajarán posteriormente, como me ha pasado a mí con la última capa. No pasa nada, pero queda mejor lisita.
- Si por lo que sea se os pasa el cuajado y no habéis echado aún la mezcla en el molde agarrad la turmix y deshaced los grumos así, directamente en el cazo para no perder más tiempo. De esta forma nos saldrán burbujitas de aire, pero mejor eso que grumos.
- La tarta “original” es así, la capa negra queda debajo y la blanca arriba. Yo la suelo hacer al revés por una razón muy sencilla. Así no tengo que lavar el cazo 3 veces. Si empezamos por la negra debemos de lavar el cazo para que no manche las siguiente capas más claras. De la otra forma no hace falta, porque el negro cubrirá el color del chocolate con leche y el de con leche cubrirá el del blanco. Llamadme vaga pero es mucho más cómodo.
jose raul dice
buena tarta de cumpleaños felicidades
Ana dice
Mil gracias!! 🙂 Un abrazo!!
Mazui dice
Felicidades Ana!!!
Yo también cabo de cumplir los 31 y mira, lo mejor es que me sigo viendo como si tuviera 20 😀 y lo importante es llegar a ellos con salud y felicidad.
Espero que estés disfrutando mucho tu estancia en Francia!! 🙂
Ana dice
Yo también Mazui! El número es anecdótico porque cuando lo pienso no me lo creo jajaja. La verdad que echo de menos España, pero ya queda poquito. Mil gracias y un besote grande!
Cuky's Cookies (Kim) dice
¡¡Muchas felicidades!!
Esta tarta le encanta a mi hermano. A ti te ha quedado estupenda =)
Feliz semana. Un besote!
Ana dice
Muchísimas gracias Kim!! Es que es tan facilita y resultona que no podía faltar 🙂 Un abrazo!