¡La simplicidad hecha salsa!
Aunque verdaderamente el título de la entrada sería salsa de roquefort he querido titularla salsa de queso azul porque bien podría haber sido roquefort como gorgonzola, cabrales, la peral… es decir cualquier tipo de queso azul.
Queso azul, nata líquida, ¡et voilá! Sin complicaciones, sin perder tiempo. Eso sí, sólo para amantes del queso.
La salsa de queso azul combina perfectamente con carnes, setas, patatas, pasta… Y apenas tardarás 5 minutos en hacerla. Merece la pena probar, ¿no?
Las cantidades de uno y de otro dependen totalmente de la intensidad que le quieras dar, si te gusta de un sabor más o menos intenso. En la receta te pongo las cantidades que he echado yo, luego es cuestión de probar y probar. Estás aquí para aprender, ¿no? Pues te animo a que pruebes hasta descubrir cuáles son tus cantidades favoritas.
Lo que sí te recomendaría es que cuando la uses en platos en los que la salsa no sea el centro de la receta la suavices un poco. Una salsa intensa la usaría para un aperitivo y mojar unas patatas, por ejemplo. Pero cuando metemos más elementos mejor suavizarla para no enmascarar los demás sabores.
¡Ojo! Aunque sirve cualquier tipo de queso azul la cantidad no será estándar para todos los quesos, no todos son igual de fuertes. Así que te dejo mis medidas para la salsa de roquefort.
Además, quiero que entiendas con esta entrada que la nata es un elemento muy útil a la hora de hacer una salsa porque es un líquido contundente. Cuando hacemos una salsa con fondos de base (ya sea de carne, de ave o fumet), lo habitual es echar algún espesante para que no quede aguachirri. Esto con la nata no pasa, ella misma tiene cuerpo de sobra para confeccionar una salsa. Pero claro, no podemos vivir a base de salsas de nata por muy buenas que estén.
Ingredientes:
- 50 gr de queso roquefort.
- 160 gr de nata líquida para cocinar.
- 1 pizca de pimienta (opcional).
Elaboración:
- Ponemos un cazo a fuego medio y echamos el queso. Dejamos que se derrita un poco mientras removemos con una cuchara de madera.
- Añadimos la nata líquida y removemos hasta que se disuelva el queso. Podemos incluso dejar algún trocito para darle un toque mas basto.
- Vertemos en el recipiente donde vayamos a servir. Añadimos un poquito de pimienta negra y servimos.
Notas.
- Si no vas a usar la salsa en el momento fílmala a piel. Es decir, cúbrela con papel film dejando que este toque la salsa por completo. De esta forma evitarás que le salga una costra por encima y que se forme condensación de agua. Aunque en este caso tampoco es imprescindible porque al calentarla de nuevo la costra desaparecerá. Este truco lo usaríamos más bien para recetas como la de la crema pastelera por ejemplo.
- Si has reservado la salsa para más tarde cuando la calientes hazlo al baño María. De esta forma se calentará más suavemente y mantendrá todo su sabor original.
- Si tu cazuela no te inspira mucha confianza porque te pegue habitualmente, hasta es mejor hacer la salsa directamente al baño María. Eso sí, ten en cuenta que tardarás bastante más.
- Si la quieres más espesa la déjala al fuego más tiempo, es lo que se llama reducir. La salsa se espesa por la evaporación del agua.
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salsa queso azul dice
De nuestras favoritas la salsa azul, besos.