¡He vuelto!
Para los que se acaban de incorporar, para los despistados y para los que, en general, os haya quedado cara de ¿Qué me está contando esta tía?, he vuelto de Francia. Me había ido dos meses de Erasmus, a hacer las prácticas del módulo de cocina que por fin he acabado.
¿Y qué tal? Genial, ¿no? Cocina francesa, la creme de la creme, oh la la…
Mentiría si no digo que han sido los dos meses más largos de mi vida. He tenido mala suerte en cuanto a la empresa donde he hecho las prácticas porque apenas he aprendido nada. Era un sitio con mucha mano de obra y poco trabajo así que… cocinar, cocinar… no he cocinado todo lo que yo quisiera. ¡Pero me traje unas cuantas recetas oiga!
Estaréis hartos de escucharme (leerme) decir (escribir)… ¡Hacer recetas no es saber cocinar! Cierto, no lo es, y aquí venimos a aprender a cocinar. El problema es que la diferencia que existe entre la cocina francesa y la española son básicamente las distintas recetas. Ojo, un inciso, hablo de la cocina de la bretaña francesa, que es la que yo he conocido, no vaya a ser que alguien se me tire a la yugular.
Me explico. No hay tanta diferencia entre nuestra cocina y la suya. Algunos ingredientes, sí… pero la forma de cocinar, las técnicas, el trato del producto, es básicamente el mismo. La diferencia más notoria es que ellos cocinan con mantequilla y nosotros con aceite de oliva. Punto pelota. Mantequilla y mostaza, ¡a tutiplén! Así que, personalmente, me quedo con la cocina española.
Os traigo una receta típica de allí que me ha gustado mucho. Es un pastel de manzana (dicho fonéticamente “pom bretón”) hecho a base de manzanas, (¿no me digas?) y una especie de masa quebrada. ¿Os acordáis de la masa quebrada? Si os fijáis la base de los ingredientes es la misma, misma proporción de harina y mantequilla, y la textura también. Pero en este caso al añadir levadura química quedará más esponjosa, más inflada. Es una pastel que yo calificaría como mitad bizcocho, mitad masa quebrada.
La cantidad de manzana es un poco a ojo. Depende un poco del tamaño del molde que uséis. Yo he necesitado 3 manzanas grandes para un molde redondo de 24 centímetros de diámetro. Pero también podríamos usar un molde un poco más grande y dejar la masa más fina, por lo que podríamos necesitar 4 manzanas. A mí me gusta dar a la masa un grosor de medio centímetro aproximadamente. Pero cada persona es un mundo.
Vamos a ello.
Ingredientes (para un molde redondo de 24 cm de diámetro):
- 500 gr de harina.
- 250 gr de azúcar.
- 1 sobre de levadura química.
- 250 gr de mantequilla.
- 6 yemas de huevo.
- 40 gr de ron.
- 3-4 manzanas.
Para pincelar y dorar la superficie:
- 1 yema de huevo.
- 10 gr de leche.
Elaboración:
- Cortamos la mantequilla en dados (para que se derrita más rápidamente) y la ponemos en un cazo a fuego medio-bajo. Cuando la mitad de la mantequilla esté derretida la retiramos del fuego. Damos unos meneos en círculos al cazo para que el resto de la mantequilla se derrita con el calor residual. Reservamos.
- En un bol amplio mezclamos la harina, la levadura química y el azúcar. Mezclamos bien.
- Añadimos la mantequilla poco a poco. Podemos integrarla al principio con una varilla para no pringarnos mucho, pero deberemos acabar con las manos. Es una pasta compacta, tipo masa quebrada.
- Batimos ligeramente las yemas de huevo con el ron y añadimos la mezcla a la masa. Integramos bien con las manos hasta tener una mezcla homogénea.
- Una vez bien integrada dividimos la masa en dos partes iguales. Para ello podemos hacer una especie de cilindro para cortarlo a la mitad con un cuchillo.
- Vamos con la base. Engrasamos con mantequilla nuestro molde y estiramos sobre él una de la mitades. Vamos aplastándola con las manos hasta que cubra la superficie de manera homogénea. Reservamos.
- Pelamos las manzanas y las cortamos en cuartos. Quitamos el corazón y las pepitas (si no lo hemos hecho antes de pelarlas) y cortamos cada cuarto en láminas muy finas.
- Cubrimos la base con las láminas de manzana. Parecerán muchas pero luego, en el horno, pierden volumen. Lo importante es que dejemos un centímetro libre por los márgenes para poder unir bien las dos masas y que no se salga la manzana. Reservamos.
- Para hacer la tapa de masa necesitaremos papel de horno. Si hacemos el pastel como yo, en un molde circular, el truco es el siguiente. Colocamos el molde sobre el papel de horno y, dibujamos con un rotulador el contorno del mismo. Damos la vuelta al papel (para no manchar la masa con tinta), y estiramos la masa guiándonos por el contorno dibujado. Lo haremos un centímetro de diámetro más grande que el dibujo para asegurarnos de que cubra bien la base con la manzana. Estiramos la masa igual que la de la base, de forma homogénea.
- Para levantarla y darle la vuelta nos ayudamos con una tabla de cortar o una bandeja. Colocamos el papel de hornear con la masa sobre la tabla y le damos la vuelta rápidamente sobre la base con las manzanas.
- Cerramos bien el pastel por los bordes y acomodamos bien la masa.
- Para que se nos dore uniformemente en el horno la abrillantamos con ayuda de un pincel. Batimos la yema de huevo junto con los 10 gr de leche y pincelamos bien toda la superficie.
- Horneamos a 180ºC durante 50 minutos.
- Si a mitad del horneado vemos que está dorando demasiado, sacamos el pastel, lo cubrimos con papel de aluminio y lo terminamos de hornear así.
Notas:
- Si tenéis levadura que no sabéis si está buena o no, bien porque lleve un tiempo abierta o bien porque haya caducado hace unos pocos días (no muchos, no nos pasemos) podemos comprobar si está buena de la siguiente forma. Echamos media cucharadita de levadura en un par de cucharadas de agua caliente y, si comienza a hacer burbujas como una pastilla efervescente, es que está buena. De lo contrario tendremos que tirarla.
- Si te parece complicado darle la vuelta a la tapa de este modo, hay otra opción mucho más sencilla. Refrigera la masa durante media hora en la nevera para que endurezca. Y estírala del mismo modo sobre el papel de cocina, pero esta vez con ayuda de un rodillo. Para trasladarla utiliza el mismo rodillo enrollando la masa con el papel sobre él y extiéndela sobre la superficie del pastel mientras la vas desenroscando del rodillo.
- Es importante no pelar y cortar las manzanas hasta que las vayamos a usar en la receta. Las manzanas, al igual que el aguacate, una vez peladas, se oxidan rápidamente.
- El tiempo de horneado son 50 minutos, pero si te quieres asegurar de que esté cocida haz como con los bizcochos, pincha con un palillo, brocheta o puntilla y, si sale limpio, es que esta perfectamente horneada.
- También es típico hacer esta receta con peras, con una mezcla de peras y manzanas o con fresas.
- La receta original nos dice que hagamos la masa con la mantequilla en pomada. Sería lo correcto, pero haciéndolo como os digo me ahorro tiempo. Haciéndola con la mantequilla en pomada resulta una masa menos endeble, pero de todas formas podemos solucionarlo con unos minutos de nevera como os comentaba antes.
Mazui dice
Bienvenida!!
Qué pena que las prácticas no hayan sido todo lo provechosas que esperabas. Pero desgraciadamente puede pasar en cualquier profesión.
Mira! una experiencia más, que no se diga. De todo en la vida se saca algo.
Ahora a disfrutar del verano!! 🙂
Ana dice
¡Muchas gracias Mazui! La verdad que sí, pero me quedo con la experiencia. Que lo que sí aprendí muy pero que muy bien es que como la cocina española ninguna 🙂 Un besote grande!
Mayte Garcilles Garcilles dice
Me alegro que estés de vuelta. Lástima que no saliera como esperabas… pero de todo se aprende y se saca provecho
Como el que voy a sacar yo de este super pastel que me pienso guardar para cuando coseche mis manzanas
Besos guapetona
Ana dice
Uy, pues con manzanas de casa tiene que ser lo más de lo más. Esta es una de las cosas buenas que me llevé de allí. La verdad que viéndolo desde la distancia, de todo se aprende. Y no veas lo que valoro ahora nuestra cocina. Si antes me gustaba… ahora me encanta! 🙂 Un besazo!
Anita dice
Hola!, gracias por la receta, buenisima!
La preparé, todo perfecto lo único que la masa al cortarla se me desmidaja, no sé porqué.
Me podrías decir que es lo q me ha fallado?
Gracias
Ana dice
Muchas gracias Anita, ¡cuánto me alegro! Por lo que me cuentas imagino que te refieras a la masa una vez hecha, ¿no? Así a bote pronto se me ocurren dos razones. Una, que no la hayas dejado reposar lo suficiente. Una vez hecha debe reposar un largo rato hasta que enfríe y si puede ser un poco más. Podemos incluso meterla en la nevera ya que, una vez que la saquemos y recupere la temperatura ambiente estará igual que recién hecha.
Si has dejado suficiente tiempo de reposo y no van por ahí los tiros pudiera ser por el amasado. Sé que hice la comparativa con una masa quebrada, porque la elaboración y los ingredientes son similares. Pero al igual que la masa quebrada hay que amasarla lo justo, en este caso, al incluir también levadura pierde la condición de “masa tipo quebrada”, así que podemos amasarla bien sin problema.
Ya me contarás que tal a próxima.
Un abrazo.