Hoy en día están muy de moda los nombres e ingredientes raritos. Y no deja de hacerme gracia que los llamemos raritos, cuando en realidad son inusuales, al menos hasta la fecha.
Probablemente el aguacate era un ingrediente “rarito” hace unos años, porque apenas se consumía, y para encontrarlo en una frutería tenías que irte a una con un poquito más de variedad que la típica frutería de barrio.
Afortunadamente, el estancamiento en lo que a cocina y gastronomía se refiere, ya pasó. El auge y la innovación en los últimos tiempos es notable y, por fin, tanto en los establecimientos de hostelería como en casa, ya pasamos del “sota, caballo y rey”. ¡Aleluya!
Seguro que, a estas alturas, ya te habrás familiarizado con este ingrediente o elaboración que te traigo hoy. Me refiero a ingrediente porque se emplea como uno más en multitud de recetas y, además, puedes comprarlo ya preparado en el supermercado. Pero realmente es una elaboración que podemos reproducir en casa por mucho menos dinero del que nos cuesta en el mercado y sin colorantes, conservantes, ni mierdas varias.
El tahini. Fonéticamente “taíni”, “tajini”, “taín” o “tajín”, según la categoría y soltura que tenga el parlante con la lengua. Yo soy de las que lo llama tahini, como se lee, con la hache muda.
¿Qué es el tahini?
El tahini es una pasta de sésamo. Lo que viene siendo sésamo triturado. Sin más. El matiz es que en los supermercados nos lo venden con sus porquerías varias para que se conserve más tiempo o para justificar su precio, porque el tahini aguanta un porrón de tiempo bien conservado.
Pasta de sésamo o ajonjolí, es exactamente lo mismo. Verás que hay quien lo hace añadiendo un poco de aceite o rebajándolo con agua. ¿Es correcto? Es otra forma de hacerlo.
Personalmente he llegado a la conclusión de que añadir aceite es un sinsentido ya que, el propio sésamo ya es suficientemente graso. Sería añadir grasa por añadir, lo que además desvirtúa el sabor.
Añadir agua tampoco tiene sentido, ya que acortaríamos el periodo de conservación en buen estado. Lo que puedes hacer, si te resulta muy denso o fuerte, es añadir un poquito de agua justo al momento de comerlo. Lo integras bien y lo usas. Y así no estropeas el bote entero.
¿Para qué se usa el tahini?
Para comer tal cual untado en tostaditas de pan, como ingrediente de multitud de recetas, como el hummus de garbanzos, el baba ganoush (un paté de berenjenas)… o para incluir en aliños y salsas frías.
El sésamo es una gran fuente de calcio, por lo que es un alimento muy saludable y te vendrá genial si huyes de los lácteos. Pero ten en cuenta que es muy graso, y por tanto calórico. Así que deberás incluirlo en tu dieta con moderación.
Podrás hacer tahini negro o tahini blanco, dependiendo si usas sésamo negro o sésamo blanco.
¿Solo he de triturar el sésamo y ya?
Sí y no. Para intensificar el sabor puedes tostar el sésamo previamente. De tal modo que, si usas sésamo crudo, deberás tostarlo en una sartén (sin grasa) hasta que coja color y desprenda olor. Aunque también puedes usar sésamo tostado. Es más cómodo y más fácil de encontrar en las tiendas.
¿Qué necesito para hacer tahini?
Una batidora potente, procesador de alimentos o triturador. Simplemente se trata de triturar hasta que quede una crema bien fina y homogénea. Para ello tardarás unos 10 minutos por lo que, es aconsejable que vayas haciendo parones para que no se caliente mucho tu robot. Además te recomiendo que hagas estos parones cada minuto para bajas la crema de las paredes del vaso y conseguir una pasta bien fina.
Ingredientes:
- Semillas de sésamo tostado o crudo.
Elaboración:
- Si has optado por semillas crudas tuéstalas previamente. Para ello échalas en una sartén sin grasa ni nada, “a pelo”, por a fuego alto y menéalas hasta que tengan un color tostado y desprendan olor. ¡Que no se te quemen!
- Echa en el vaso de la batidora una cantidad suficiente de semillas para que cubran bien las aspas de la misma. A mí me vale con 250 gramos.
- Tritura a máxima potencia durante 7 minutos.
- Ve parando la batidora cada minuto para bajar los restos que queden en las paredes del vaso y continúa con el proceso.
- Tritura hasta tener una pasta bien fina y homogénea.
- Guarda en un recipiente hermético (mejor si es de vidrio) adecuado al tamaño del contenido y refrigera hasta usar.
Notas.
- Al ser una grasa el tahini se conserva muy bien, aunque te recomiendo hacer cantidades prudenciales para que mantenga todas sus propiedades.
- Si tu robot de cocina se calienta demasiado haz las pausas más largas. Cuanto menos calor soporte el sésamo más beneficios tendrá.
- Si te resulta muy denso haz lo que te comentaba en líneas anteriores. Ven echando agua a lo que vayas a usar (de cucharada en cucharada) y mezcla bien. Hazlo al momento de usar. Es importante que no eches agua a toda la pasta o se te estropeará mucho antes.
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