Nunca me ha gustado el tomate frito. Pero cuando veo a la gente echar tomate frito en el arroz, la pasta… ¡me da envidia! A mí me da la sensación de que enmascara demasiado los sabores y solo lo tolero en pequeñas cantidades.
Pero eso fue hasta que descubrí que lo que no me gusta es el tomate frito… ¡industrial! Y es que una es toca… narices por naturaleza. Lo prometo, la primera vez que hice una salsa de tomate fue con 28 años cuando me líe con unos tomates de sobra que tenía en la nevera y llegué a esa sorprendente conclusión. Hasta entonces me había dado una pereza enorme hacerla.
¿Por qué la salsa de tomate es la primera salsa que pisa esta web?
Porque la salsa de tomate de una de las grandes salsas básicas (si quieres saber más sobre las salsas básicas y las derivadas, hablo de ello en mi curso) y, desde mi punto de vista, la más sencilla. Se trata básicamente de hacer salsa con tomates. Punto pelota. Cocina los tomates hasta tener una salsa, sin más ni más.
Ojo, hablo de una salsa de tomate pura y sin añadidos. Ahora que, si quieres hacer una salsa de tomate con algún toque, ya tendrás que echar más ingredientes. Pero tampoco se complica el asunto, no te asustes. Simplemente has de hacer un sofrito previo con esos ingredientes adicionales que quieras incorporar. Y ya está.
Como nadie suele hacer una salsa de tomate con tomate y punto, yo no voy a ser distinta. A mí me gusta echarle cebolla y un poquito de ajo.
Además, para la elaboración de la salsa de tomate debes tener en cuenta que no todos los tomates son igual de válidos. Normalmente en el supermercado podrás encontrar una variedad destinada a este fin y, en la frutería, si pides tomate pasa salsa te darán los mejores para ello. Incluso algún frutero “enrollao” te dará aquellos tomates mas maduritos que ya ha apartado de la venta por un precio más bajo.
Pero estamos aquí para aprender así que toma nota. El tomate más empleado para las salsas suele ser el de pera, porque tiene mucha carne, una piel muy fina y es sabroso y aromático. Aunque yo, de vez en cuando, uso tomate canario porque sale bastante bien de precio. Lo que has de tener en cuenta siempre es que el tomate esté bien maduro. Cuanto más maduro esté el tomate, mejor. Y cuanta más carne tenga también.
Ingredientes:
- 800 gr de tomate.
- 1 cebolla pequeña.
- 1 ajo.
- 1 cucharadita de sal.
- 1 cucharadita de azúcar.
- 1 par de cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
Elaboración:
- Lava los tomates y los escáldalos haciéndoles previamente un corte muy ligero en forma de cruz en la parte posterior. Una vez escaldados refréscalos en un baño de agua bien fría para ayudar a que la carne se contraiga y pele mejor.
- Pela los tomates. Una vez escaldados es muy sencillo, la piel saldrá sola. Tira de ella y tan solo saldrá la piel, no te llevarás carne del tomate. Reserva.
- Pon una sartén grande a fuego medio con el aceite de oliva.
- Mientras calienta, pela y pica la cebolla finamente, en brunoise (cubos pequeños con un tamaño de entre 1 mm y 3 mm), y añade a la sartén caliente. Añade una pizca de sal para que ayude a sudar a la cebolla y remueve un poco para que no se queme.
- Pela y pica el ajo del mismo modo. Añade a la sartén, remueve y baja el fuego. Ponlo en la primera o segunda intensidad para evitar que se queme mientras picas los tomates.
- Parte los tomates a la mitad y retira el pedúnculo. Una vez pelados corta en concassé, que es una especie de corte mirepoix específico para el tomate. Se trata hacer dados de un tamaño aproximado de 1 cm. Vamos, que cortes los tomates en cubos lo más pequeños que puedas. Añade a la sartén, remueve y sube el fuego.
- Una vez que coja fuerza y haga un ligero “chop, chop” remueve y pon a fuego medio, medio-bajo. Añade la cucharadita de azúcar y de sal y mezcla bien.
- Tapa con una tapa con ventilación y deja hacer durante 40 minutos aproximadamente. Cada 5-10 minutos levanta la tapa y remueve con una espátula para evitar que se pegue.
- Una vez lista úsalo, congélala en frascos o lo consérvala al vacío.
- Cuanto más tiempo dejes la salsa al fuego más espesará. Si la quieres más espesa aún levanta la tapa durante la cocción para que se evapore el agua.
- Si la quieres más fina lo pásala por un pasapurés, una vez que haya templado, para no quemarte.
- Puedes añadir las especias que quieras, pero lo hazlo al final de la cocción para que no pierdan aroma ni ennegrezcan. Albahaca y orégano le va muy bien, sobre todo si es para usar con pastas, pizzas…
- Puedes hacerla sin cebolla y ajo o añadirle un poco de pimiento. ¡Cuestión de gustos!
- Pero si lo que quieres es reducir el tiempo de elaboración, echa un vistazo a la salsa de tomate exprés.
- Como ves yo no he quitado las pepitas al tomate, pero es recomendable si la quieres hacer más fina. Además, las semillas del tomate aportan más agua al conjunto, por lo que si las evitas, tardarás menos en hacer la salsa. En esta entrada te cuento cómo aprovechar los tomates al máximo.
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Muelina dice
Hola Ana. Me gusta tu receta, y la idea de la albahaca (que tanto me gusta) me parece estupenda. Gracias
Ana dice
¡Gracias Muelina! Espero que te animes y te guste tanto como a mí 😉 Un beso!