¿¿Otra salsa de tomate?? Joe tía, que pesada eres. ¿No decías que no te gustaba?
No, no me gusta especialmente la salsa de tomate y por eso mismo os traigo esta receta, para que veáis que podemos hacer muchas versiones de la misma y adaptarla a nuestro gusto. Hemos visto la salsa de tomate clásica y la salsa de tomate clásica para vagonetas (como diría mi madre, jeje). Hoy veremos una salsa de tomate exprés con un toque diferente.
La salsa de tomate es tan versátil que cada persona tiene la suya propia. La salsa clásica, como vimos en su día (tanto la normal como la exprés), suele hacerse con un toque de cebolla y ajo. Pero, ¿por qué no añadirle otros ingredientes? No tendríamos una salsa de tomate clásica pero sí una que se adaptaría perfectamente a cada plato. Esta vez la he hecho con pimientos del piquillo porque el plato que acompañará también tiene un toque de pimiento así que, ¿por qué no? Con pimientos del piquillo, con calabacín, con berenjena, aceitunas, pimiento verde… ¡lo que queramos! Vale, quizá ya no sea una salsa de tomate y sea más bien un pisto pero… ¿y qué? Tendremos NUESTRA PROPIA SALSA DE TOMATE.
Además de los pimientos del piquillo le he añadido un poquito de vino blanco. ¿Por qué? Pues porque le va muy bien. Realmente el vino blanco le va bien a muchas salsas que requieren cocción. Mirad que bien le iba con el pollo. El motivo es que en las salsas que requieren cocción se evapora el alcohol. A un alioli por ejemplo no le echaríamos vino blanco. Aunque, ¿quién sabe? Todo es cuestión de probar.
Ingredientes:
- 400 gr de tomate natural triturado (un bote).
- 200 gr de cebolla.
- 4 pimientos del piquillo (de bote).
- 50 gr de vino blanco.
- 25 gr de aceite de oliva virgen.
- 1 cucharadita de sal.
- 1 cucharadita de azúcar.
- 200 gr de agua.
Elaboración:
- Picamos la cebolla en brunoise y reservamos.
- Echamos el aceite en una sartén y la ponemos a calentar a fuego medio-bajo. Cuando el aceite esté caliente echamos la cebolla. Uno de los métodos para ahorrar tiempo es picar la cebolla mientras se calienta el aceite, pero para eso debemos estar pendiente del aceite para que no se queme. Añadimos una pizca de sal (para ayudar a que la cebolla sude) y dejamos hacer a fuego medio-bajo durante 5 minutos, hasta que la cebolla pierda el color y quede casi transparente.
- Mientras se hace la cebolla abrimos los pimientos del piquillo a la mitad, les sacamos las pepitas y los picamos finamente, en brunoise. Una vez pasados los 5 minutos añadimos a la sartén. Removemos bien y dejamos hacer otros 5 minutos.
- Añadimos el vino blanco. Como al hacer esto habremos perdido la temperatura subimos un poco el fuego. En el momento en que recupere el calor lo volvemos a poner a la temperatura inicial, a fuego medio-bajo. Veremos como en este momento sale bastante humo blanco, es el alcohol que se está evaporando, es normal. Removemos continuamente para que no se pegue.
- Cuando hayamos recuperado la temperatura añadimos el tomate triturado, mezclamos bien y dejamos hacer, igual que hacíamos el tomate exprés. Dejamos hacer durante 15 minutos. Removeremos de vez en cuando para que no se pegue y, si fuera necesario porque salte el tomate (es habitual) tapamos con una tapa con ventilación.
- Pasado este tiempo añadimos el agua, mezclamos bien, agregamos la sal y el azúcar y dejamos hacer 5 minutos más. Si queremos una textura más fina, una vez hecha la pasaremos por el pasapurés. Las salsas de tomate no conviene triturarlas con batidora porque cogen un color blanquecino, quedan más anaranjadas.
- Salsa de tomate y pimientos del piquillo
Notas.
- Aunque ya sabemos perfectamente cómo asar pimientos en esta receta los usamos de lata porque no merece la pena tanto esfuerzo para darle un toque diferente a la salsa. A mí personalmente me gusta asar los pimientos cuando los vamos a comer tal cual, como en la ensalada de pimientos y lomos de bonito.
- Como vemos en la elaboración no es imprescindible triturar la salsa. Si la queremos más tosca podemos dejarla tal cual, sin pasar por la batidora. Si queremos un punto intermedio también podemos usar un pasapurés. Como siempre digo, ¡al gusto!
Sonia Gallo dice
Nena, como siempre me dejas con la boca abierta. Ésta también me la apunto para ponerla en práctica, pero a pesar de lo bien que lo explicas seguro que a mí me falla algo, jajaja!
Ana dice
Anda!! Ni la mitad de la mitad de dificultad de lo que tiene lo que haces con esas manitas. ¡Qué ganas de que llegue! 🙂