¿Cuánto te gustan las ensaladas?
¿Mucho? ¿Poco? ¿No las puedes ni ver? ¿Les harías un altar?
Creo que comí mi primera ensalada con 25 años. Sí, las había probado, una hoja tímida de lechuga por aquí, un trocito de tomate por allá. Pero comer una ensalada, como tal, con 25 años. Y porque me dio un ataque de cuidar la piel para tenerla como el culo de un bebé y había leído que son fantásticas para eso. De otro modo, “ni jarta vino”.
Bien, eso es lo que pensaba con 25 años. Y te lo conté en otra ocasión. Pero, cuando quise aprender a cocinar, DE VERDAD, con mayúsculas, y aprendí, la cosa cambió. Comprendí que no me gustaban las ensaladas porque no sabía hacerlas.
Si crees que una ensalada es un plato con hojas verdes e ingredientes frescos tirados al tuntún, olvídalo. Sí, soy la primera que hago ensaladas con lo que pillo. Pero es que, al menos para mí, el corazón de la ensalada está en el aliño. Y no estoy hablando de un aliño de aceite de oliva, vinagre y sal. No. Para mi eso es la aberración de los aliños. Es un aliño para salir del paso. Y por eso no me gustan gustaban las ensaladas. Por la ranciedad de aliño estándar de las narices.
Señores, un aliño ha de ser música para los oídos, ha de despertar nuestros sentidos, activar nuestras papilas, y ser el hilo conductor de la ensalada. De otro modo, estaríamos delante de una ensalada insulsa. Ya lo he dicho.
Hoy te voy a enseñar a hacer uno de mis aliños favoritos. Verás que es supersencillo de hacer y, que no han de bajar los ángeles a emulsionarlo para que cumpla las características que te he dicho.
A mí me gustan los aliños espesos, con cuerpo, de esos que puedes ver perfectamente y no se camuflan entre las hojas, de esos que tienen sabor y matices.
Te voy a enseñar mi fórmula mágica para hacer un aliño sabroso. A partir de ahora te recomiendo que hagas un aliño del siguiente modo:
- 3 cucharadas de aove (aceite de oliva virgen extra).
- 1 cucharada de zumo de limón.
- 1 cucharadita de endulzante. Sirope de agave, sirope de arroz (en este caso echa un pelín más, porque es más suave), miel… etc.
- 1 cucharadita colmada de crema o mantequilla de semillas o frutos secos. Tahini, crema de cacahuete, crema de avellanas, de almendras… A tu elección.
- 1 pizca de sal.
Dicen, que los aliños, para estar proporcionados, han de aglutinar los 4 sabores. Dulce (endulzante), salado (sal), ácido (limón) y amargo (aove). A mí, además, me gusta añadir un elemento que aporte cremosidad, cuerpo y sabor. Es el caso de las cremas o mantequillas de frutos y semillas.
También se habla de un “quinto sabor”, que resulta interesante incluir en dosis moderadas. Y es el picante. En esta ocasión, no lo incluyo pero, si quieres, puedes añadir un pequeño toque con tabasco o cayena molida. El picante es interesante porque calienta el cuerpo y estimula la digestión.
En este caso te traigo un aliño hecho con tahini, porque es un ingrediente que suelo tener en casa de manera habitual. Ojo, no lo compro, lo hago yo, y en su día te enseñé cómo hacerlo.
He querido llamar a esta ensalada, ensalada de la huerta porque son ingredientes que se dan muy bien en mi huerta. Verás que te animo a hacer la ensalada con tomates deshidratados. No te preocupes, es opcional. Yo hago mis propios tomates deshidratados, y los dejo más carnositos que los comerciales. Pero puedes usar tomate fresco o seco, a tu elección.
Es una combinación de ingredientes que tienes en uno de los días del menú de la agenda de A freír espárragos. Buena fuente de vitaminas y minerales, muy sencilla y sabrosa.
Ingredientes:
- Lechuga.
- Cebolla tierna.
- Pimiento rojo.
- Aceitunas negras.
- Tomates secos.
Para el aliño:
- 3 cucharadas de aceite de oliva virgen extra.
- 1 cucharada de zumo de limón.
- 1 cucharadita de tahini.
- 1 cucharadita de sirope de agave (o de arroz o miel).
- 1 pizca de sal.
Elaboración:
- Antes de nada y, si como yo, digieres mal la cebolla, pícala en juliana, y ponla en un bol con una pizca de sal. Mezcla bien y reserva.
- Prepara el aliño. Echa todo los ingredientes en un recipiente hermético o bol, y bate hasta homogeneizar.
- Lava y pica la lechuga del tamaño que prefieras.
- Pica los pimientos en juliana, las aceitunas en rodajas, y los tomates en cuartos.
- Ahora enjuaga la cebolla bajo el chorro de agua fría y escúrrela bien.
- Emplata. Dispón la lechuga en el plato, la cebolla, el pimiento, el tomate, las aceitunas y riega con el aliño.
Notas.
- Para lavar bien la lechuga métela en un bol o en el mismo fregadero con agua fría y un buen chorro de vinagre. Aclara, escurre y sacude. Quedará muy limpia y recuperará el crujiente (en caso de que lo hubiera perdido).
- Si usas tomate seco comercial (estará demasiado seco), hidrátalo previamente en agua caliente durante 15 minutos. También puedes usar tomate fresco. El que yo uso es seco, pero los deshidrato en casa, dejándolos más carnosos que los comerciales.
- La cebolla tierna es lo que, erróneamente, conocemos como cebolleta. Este y otros miles de datos los encontrarás en mi libro Aprende a cocinar desde cero con A freír espárragos.
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