Nunca he sido de bebidas blancas, no las tolero. Ahora bien, cerveza, vino o sidra dame lo que quieras.
Como soy fácil de engañar de la única forma que las tolero es “ocultándolas”. Es de esa forma como también paso las pastillas inmensas de ibuprofeno que me dan pavor solo de pensar en pasarlas con un traguito de agua. Así que las pastillas las escondo en comida y las bebidas blancas las camuflo en cócteles.
Contrariamente de lo que piensan muchos, los cócteles no son difíciles de hacer. Detrás de esos nombres imposibles se esconden ingredientes al alcance del más común de los mortales.
Sí, es cierto que existen cócteles que son todo un despropósito, con nombres impensables e ingredientes de lo más cool, pero también es cierto que existen recetas así. Y siempre, siempre, se pueden versionar.
Hoy te traigo uno de los más comunes. El daiquiri. Si bien puede hacerse solo a base de ron, azúcar, hielo y limón, lo más habitual es que sea de sabores. Así que puedes versionar esta receta con tu fruta favorita. Mola, ¿no?
He querido enseñarte como se hace un daiquiri de fresa porque hay que aprovechar los productos cuando están de temporada.
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Kim (Cuky's Cookies) dice
Fíjate que soy muy de cócteles pero, nunca me da por preparar ninguno, tengo que solventarlo pronto, así que, me anoto tus daiquiris de fresa para hacer próximamente, que deben estar buenísimos 😉
Un besazo!!
Ana dice
La verdad es que a mí me pierden. No tolero las bebidas blancas pero así… ¡es otro cantar! 🙂
Gracias guapa. Un abrazo.