¡Soy la persona más ignorable del mundo!
Ojo, que no ignorante. Que no digo que no lo sea, pero no es el caso que nos ocupa. Sí, ignorable creo que es una palabra que aunque no exista aún me define perfectamente.
En esta vida hay dos clases de personas. Las que sin pretenderlo se convierten en el centro de toda conversación (o simplemente las escuchan cuando hablan), y las que no, las que nadie escucha y a las que cortan continuamente. Yo soy de las segundas. Nunca me he explicado el porqué. Al principio pensé ¿Será por el tono de voz? Yo normalmente no hablo excesivamente alto (normalmente). Pero no. He estado en un montón de conversaciones grupales, de esas en las que todo el mundo habla y habla, en las que acaba uno y empieza otro… En estas situaciones, si tengo algo que decir, espero. Espero a que la gente se calle y a que estén callados al menos un par de segundos para decir yo algo. Venga, esta es la mía, ahora sí que me van a escuchar. Empiezo a decir algo y cuando apenas he terminado de decir la primera frase ¡bum!, me cortan y empieza a hablar todo el mundo de sus cosas otra vez. ¿¿Hola?? ¿Alguien me escucha? Busco alguna mirada cómplice que me diga Sí, yo te estaba escuchando. Pero nada oiga, no hay manera. Soy ignorable 100%
Yo no sé que es. Y siempre que digo esta frase viene a mi mente la escena de Regreso al futuro en la que Marty McFly está en el coche con su madre Lorraine y ésta le dice Yo no sé que es pero cuando te he besado ha sido como si besara a mi hermano. Me pasa exactamente igual que cuando me presentan a alguien que se llama Evaristo, que pienso El rey de la baraja. Es inevitable. Así que debo de ser ignorable y rara.
Creo que esta ignorabilidad tiene mucho que ver con que a día de hoy exista A freír espárragos. Surgió para aprender a cocinar, sí, pero también me explayo que da gusto, a la vista está. Me lo dice un amigo continuamente.
Buff, yo no te leo, es que sueltas cada rollo…
Y es cierto totalmente, pero es que ¡aquí no hay nadie que me corte! Así que mato dos pájaros de un tiro, aprendo a cocinar y suelto el rollo. ¡Y me quedo de un bien! 🙂
Hoy vamos con dos tipos de rollo. El de siempre, y el de bonito que vamos a ver ahora. El sábado fui al mercado. De la que íbamos le dije a mi pinche Tengo ganas de ir al mercado y cocinar lo primero que pille de temporada. Y dicho y hecho, me hice con medio kilo de bonito.
Hoy os traigo una receta un tanto especial. Es MI ROLLO DE BONITO. Esta receta la hice por primera vez hace unos años. Investigué hasta dar con la ciencia del rollo de bonito y salió esto. Es muy especial porque la presenté a un concurso y ganó la categoría de mejor sabor. ¡Aluciné! Así que es el niño de mis ojos.
Un rollo de bonito no tiene ciencia ninguna. Es simplemente bonito picado mezclado con los ingredientes que queramos. Lo único que debemos tener en cuenta es que la masa debe compactar y quedar jugosa, ya que el bonito se caracteriza por ser muy seco. Tiene una solución muy fácil. Para compactar cualquier preparado para rollo, hamburguesas, albóndigas… simplemente le echaremos un poco de pan rallado para que coja consistencia. ¿Y qué hacemos para darle jugosidad? Pan de molde remojado en leche. Ni más ni menos. Ese es todo el intríngulis que tiene. ¿Pero qué pasa con el resto de ingredientes? Pues que le echaremos lo que queramos. Yo he probado añadiendo unos pimientos del piquillo (que también son jugosos y blanditos), aceitunas (como en el pastel de carne), jamón serrano, cebolla… Y el resultado fue fantástico. El siguiente no sé como lo haré, ¡no hay límites! La cuestión es probar y probar.
Lo que sí es muy importante es que la carne de pescado debe compactar con el resto de ingredientes pero lo justo para moldearlo o si no quedará seco. Aunque nos parezca blandiblú el bonito endurece al cocinarse. ¡A ver qué os parece!
Ingredientes (para cuatro personas):
- 500 gr de bonito picado. No nos complicaremos la vida, en la pescadería nos quitan la piel y las espinas y nos lo pican sin problema.
- 1 huevo cocido. Aquí veíamos cómo se cuecen los huevos.
- 1 huevo crudo.
- 100 gr de jamón serrano.
- 1 diente de ajo.
- 1/4 de cebolla.
- 16 aceitunas (¡a ojo!).
- 4 pimientos del piquillo de bote.
- 1 rebanada de pan de molde.
- 1 poquito de leche (50 gr aproximadamente).
- Unas ramitas de perejil fresco o una cucharadita rasa de postre de perejil seco.
- 70 gr de pan rallado.
- 4 cucharadas de harina (para rebozar).
- 3 cucharadas de aceite de oliva suave.
Para acompañar:
- Salsa de tomate y pimientos del piquillo. Las mismas cantidades que vemos en la receta.
Elaboración:
- Lo primero que haremos será quitar la corteza de la rebanada de pan de molde. Desechamos la corteza y desmenuzamos la miga en un plato hondo. Echamos la leche, aplastamos con los dedos para que se moje todo bien y dejamos reposar para que absorba bien el líquido.
- Como el bonito ya lo tenemos bien picado gracias a la majísima pescadera que nos lo ha vendido nos ponemos con el resto de ingredientes. Picamos todo en brunoise: el huevo cocido, el jamón, el diente de ajo, la cebolla, las aceitunas, los pimientos del piquillo y el perejil si es fresco.
- Echamos el bonito en un bol amplio y añadimos los ingredientes que hemos picado. Mezclamos bien con una cuchara de madera.
- Agregamos el pan de molde remojado en leche, el huevo crudo, el pan rallado y la cucharadita de perejil si lo usamos seco. Mezclamos bien, primero con la cuchara de madera y después con las manos bien limpitas, apretando para que se integre todo bien. Nos resultará una masa húmeda pero que se puede moldear.
- Preparamos en la encimera un trozo de papel de horno grande con harina por encima. Veréis en las fotos que yo he usado la tabla de cortar pero no os lo aconsejo, es más fácil que se pegue el rollo. Con el papel de hornear nos irá mejor.
- Dividimos la masa en dos y le damos forma de rollo. Lo colocamos encima del papel con la harina y lo vamos rebozando por todos los lados. Hacemos los dos rollos de la misma forma.
- Ya está el rollo preparado para cocinar. Echamos tres cucharadas de aceite de oliva suave en una sartén antiadherente y ponemos a fuego medio-bajo.
- Cuando el aceite esté caliente cogemos los rollos con cuidado, uno a uno y los colocamos en la sartén. Hay que cogerlos con cuidado para que no rompan. No os preocupéis que en cuanto se empiece a cocinar endurece.
- Hacemos los rollos 5 minutos por cada lado aproximadamente. Cada 5 minutos lo giramos ayudándonos con un par de espátulas. Os aconsejo que a la hora de girarlos los sujetéis con la espátula en la parte en la que ya está tostadito porque esa zona ya no pegará, por el contrario la zona que está aún cruda puede pegarse al cubierto. De esta forma vamos haciendo por los cuatro costados. Si nos ha quedado más planito lo podemos tostar solo por arriba y por abajo. En total tendremos el rollo dorando 20 minutos a fuego suave, bien 5 minutos por cada costado o bien 10 minutos por arriba y 10 por abajo.
- Pasado este tiempo echamos la salsa de tomate y pimientos por encima. Damos un meneo a la sartén y dejamos que el rollo coja el sabor de la salsa para que quede más jugoso. Dejamos hacer 10 minutos y ¡listo!
- Cortaremos el rollo antes de servir. Si lo pinchamos con un tenedor para ayudarnos a cortarlo lo pincharemos suavecito para no romperlo. Servimos con la salsa por encima.
- Rollo de bonito
Notas.
- Si vemos que la salsa ha quedado demasiado espesa y la queremos más suave no pasa nada, le echamos un poco de agua meneamos la sartén para que se integre con el resto de la salsa y dejamos hacer 5 minutitos.
- A este rollo de bonito le van genial unas patatas fritas.
- Si no queremos un rollo tan tosco (en el que se noten tanto el resto de ingredientes) podemos triturar el resto de ingredientes con un robot de cocina. ¡El bonito no! Pero no los trituréis mucho o perderá la gracia.
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