Sí, lubina o dorada. Como se dice en mi casa… ¡lo que más rabia os dé!
Siempre he hecho esta receta con estos dos tipos de pescado, el que estuviera más majete cuando iba a hacer la compra, y nunca falla. ¿Os hago otra de mis confesiones? Hasta ayer por la noche no sabía distinguir uno de otro. ¡Pero hoy sí! Ya, ya, tan solo hay que buscar una foto en internet… pero no lo había hecho. Ayer calló un libro en mis manos con una foto de ambos pescaditos así que tema zanjado.
Yo no sé si así estoy estropeando un pescado o si se ha hecho de esta forma desde tiempos inmemoriales. Pero es como lo hago en casa y me encanta. Digo esto porque como siempre he escuchado: lubina a la espalda, dorada a la sal… Y yo no lo hago de ninguna de la dos…
Pues bien, esta es mi receta particular para la lubina o la dorada. Lo mejor de esta receta es que tiene menos ciencia que el mecanismo de un botijo y que está buenísima.
Es una receta que me viene de perlas para comer pescado en casa. A mí me gusta mucho el pescado pero a mí pinche no, así que hay que disfrazarlo un poquito. Con esto no quiero decir que haciéndolo de esta forma camuflemos el sabor de pescado, no, queda perfecto. Digo esto porque a mi pinche aunque no le guste el pescado la guarnición le encanta, así que mientras yo como pescado con guarnición, él come guarnición con pescado, y todos contentos.
Como siempre las medidas son relativas. Si os gusta más o menos una cosa tan sólo hay que aumentar o reducir la cantidad. Veréis que las cantidades para la guarnición son contundentes, por lo que os acabo de comentar.
Vamos allá.
Ingredientes:
- 1 lubina o dorada.
- 3 patatas.
- 1 cebolla pequeña o media grande.
- 1/2 pimiento verde.
- 1/2 pimiento rojo.
- 1 limón
- 100 gr de vino blanco o de sidra.
- Aceite de oliva.
- Sal y pimienta.
- Perejil (opcional).
- Precalentamos el horno a 180º.
- Lavamos el pescado. Ni lo abrimos ni nada porque, con todo el morro, ya le hemos dicho al pescadero que nos lo ponga para la espalda. Reservamos.
- Ponemos a calentar a fuego medio una sartén con un par de cucharadas de aceite.
- Picamos la cebolla y los pimientos en juliana. Lo echamos en la sartén y sofreímos a fuego medio durante 10 minutos aproximadamente. Vamos moviendo de vez en cuando para que no nos queme.
- Mientras, pelamos las patatas, las lavamos y las cortamos en panadera. Freímos en la freidora, y sacamos, cuando todavía les quede un poco para estar listas. Cuando estén aún algo blanquitas. Si en un despiste se nos han hecho del todo no pasa nada, en el horno estarán poco rato.
- En una fuente apta para horno colocamos las patatas . Encima de la cama de patatas, colocamos el pescado y salpimentamos.
- Cubrimos el sofrito de cebolla y pimientos.
- Colocamos encima del pescado unas rodajitas de limón. Echamos el vino (o sidra) rociando todo el pescado y posteriormente el jugo de medio limón. Lo exprimiremos con la mano, no hace falta sacarle todo el zumo.
- Espolvoreamos con perejil picado y horneamos durante 10-15 minutos aproximadamente. Sacamos y servimos.
Nota. Como habéis podido ver en los ingredientes podemos usar tanto vino blanco como sidra, el resultado es genial de las dos formas. Esta sustitución a mí me ha salvado en esas ocasiones en las que me he quedado inoportunamente sin vino.
¿Sabías que…?
El nombre de la dorada viene de la franja dorada característica que se encuentra entre sus dos ojos.
Nerea Ytal Ytal dice
En mi casa todos los viernes para cenar, Doradas a la espalda!! Somos más que de lubina… Buena receta!
Ana dice
Y yo que todavía no sé que me gusta más… Hay días que dorada, días que lubina… Hoy tengo el día lubina, jajaj. ¡Pero qué rico viernes de dorada! En mi casa es viernes de pizza 🙂 ¡Muchas gracias Nerea! ¡Un besote!