Creo que ya te he dicho un montón de veces que aprender a cocinar implica mucho más que aprender nuevas técnicas y crear nuevos platos. Aprender a cocinar supone abrir la mente. Coger lo que sabes hasta ahora y ponerlo patas arriba. Dar un giro a lo aprendido. De ahí es donde sale lo bueno, lo diferente y lo original.
Igual ahora alucinas con lo que te traigo.
¡Uhuhuhu, vaya giro, vaya manera de darle la vuelta a una ensalada!
Sí, te traigo una ensalada de espinacas simplona, sin chicha ni limoná, pero ojo, es una ensalada de espinacas. Lo que quiero que entiendas es que para mí, antes de utilizar las espinacas para hacer una ensalada, eran un añadido que se echaban a unos garbanzos con bacalao, o una guarnición que se ponía para variar de las patatas fritas. En mi casa siempre se ha hecho un refrito de ajos con espinacas rehogadas y a correr.
Pasaron años hasta que me dio por utilizar las espinacas en crudo y fue entonces cuando me di cuenta de lo que me había perdido tan sólo por tener una idea prefijada. Las espinacas son brutales para usar como base de una ensalada y para hacer zumos verdes, o smoothies como se estila ahora.
Y es que yo no soy muy fan de las ensaladas de lechuga, me aburren soberanamente, y siempre tiro por bolsitas de mezclum, canónigos, rúcula, berro y, desde que he abierto un poquito mi mente, espinacas.
El caso es que la ensalada de espinacas con bacon y queso de cabra… ¡mmmmm! Tiene un no se qué que qué se yo. Pero siempre he tenido un problema con ella.
¿Tú? ¿Un problema? ¡No me lo creo!
¡Jajajaja! La vocecita sarcástica.
Me gusta el queso de cabra un poco doradito en la plancha. El problema es que el queso de cabra funde rapidísimo y, antes de que se dore, ya está derretido y pegado a la sartén. Podría despegarlo sí, pero en estos tiempos de pijoterismos culinarios no quedaría mono presentar en el plato un amasijo deforme.
Así que me puse a investigar por la red. Y no encontré nada. Sí que encontré una forma de cortar unas rebanadas más finas de queso de cabra sin que se desmorone. No hay más que meter el rulo 20 minutitos en el congelador. De esta forma el queso habrá ganado en dureza y podremos hacerlo. No era eso lo que buscaba, pero se me encendió la bombilla. ¿Y si uso el truco del pescado a la plancha? Una combinación de ambas, frío y papel vegetal. ¡Eureka! Dio resultado.
Con el golpe de frío evitaremos que se caliente tan rápido como suele hacer y el papel vegetal servirá para poder poner la sartén en la temperatura máxima sin que se quede pegado a ella. Si aún así se derrite y no somos capaces de sacarlo de la sartén con una bonita forma no hay problema. No sacamos el queso, sacamos todo el papel con el queso encima y lo reservamos en un plato. Cuando pierda temperatura se habrá condensado y podremos cogerlo sin problemas con la espátula. ¡Listo! Ya tenemos queso de cabra dorado y con su forma redondita.
¿No es genial?
Ingredientes (para una persona):
- 50 gr de espinacas frescas.
- 3 lonchas de bacon, gorditas, de un par de milímetros de grosor.
- Un puñado de nueces.
- 1 trozo de queso de cabra en rulo. Unos 60 gr aproximadamente.
Para el aliño:
- 3 cucharadas de aceite.
- 1 cucharada de vinagre de Módena.
- 1 cucharada de miel.
Elaboración:
- Antes de nada envuelve el trozo de queso de cabra en papel film y guárdalo en el congelador.
- Empieza preparando el aliño. Echa en un recipiente el aceite, el vinagre y la miel y mezcla bien, hasta que se integre del todo. Hay que batir enérgicamente para conseguir la emulsión, costará un poco integrar la miel con el aceite y el vinagre. Reserva.
- Dispón las hojas de espinaca sobre el plato en que vayas a servir la ensalada. Reserva.
- Corta el bacon en tiras y ponlo en una sartén a fuego medio-alto. No eches aceite porque el bacon soltará suficiente grasa. Hazlo hasta que esté tostado y crujiente.
- Mientras se fríe el bacon, saca el queso y córtalo en rodajas de medio centímetro de grosor aproximadamente. Ahora echa mano del truco del pescado a la plancha. Pon una sartén con su correspondiente círculo de papel vegetal a fuego alto. Echa las rodajas de queso y dora por un lado, un minuto será suficiente. Da la vuelta con la espátula y dora por el otro lado. Ahora lo puedes dejar más tiempo ya que como no tendrás que darle la vuelta más veces puede derretirse un poco. Lo único que tendrás que hacer es sacar el papel de la sartén y esperar a que el queso entibie un poco para cogerlo y ponerlo en el plato.
- Una vez que tengas todos los ingredientes preparados monta el plato. Dispón el bacon sobre las espinacas, echa el puñadito de nueces y coloca las rodajas de queso de cabra. Salsea con el aliño.
- Para acentuar aún más ese templado de la ensalada puedes darle un golpe de horno. Tápala previamente con papel de aluminio y métela en el horno precalentado a 180º durante un minuto como máximo. El detalle de taparla y de tenerla sólo un minuto es porque de no hacerlo las espinacas ennegrecerían y adoptarían una textura blanduzca.
- Ensalada de espinacas y queso de cabra
- Ensalada de espinacas y queso de cabra
Nota.
- Por si no estás familiarizado con el queso de cabra en rulo, te diré que… ¡la corteza se come! Es extraña sí, como tiza, pero ¡se come! 😉
- Aunque para mí con espinacas es lo más, puedes hacer esta ensalada con el verde que quieras. La gracia de la ensalada es el contraste del aliño dulce con lo salado del bacon y el queso de cabra.
- Del mismo modo, anímate a utilizar tu fruto seco favorito, su principal función es ofrecer el toque crujiente.
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PATRICIA PATALLO dice
Terminando de prepararla¡¡ Gracias por la receta
Ana dice
Gracias a ti Patricia. Espero que te haya gustado. Un abrazo.
Judith dice
Me gusta tu receta la he hecho ya varias veces, honestamente lo de calentar el queso, … lo encuentro realmente de más, cual es el objeto, como decoración la verdad, no me gusta, porque además de perder el tiempo, el queso no se deja, se desbarata, adicionalmente, no lo encuentro útil ni en sabor ni por estética, la receta es realmente magnifica. Gracias
Ana dice
Gracias Judith! A mí me gusta tostarlo, que no solo calentarlo, para darle ese toque crujiente y dorado, queda como un poco caramelizado y el toque de sabor es muy bueno. Pero eso a gusto de cada uno claro.
Cuánto me alegra que te haya gustado.
Un abrazo.