¿Os había dicho alguna vez que llevo muy mal lo de la edad?
Probablemente no. ¿Sabéis por qué?
¡Porque lo llevo muy mal!
Sé que debería haber cambiado la información de la página donde os hablo un poquito de mí. Así como por Abril, que fue donde se quedaron los 28 pero… ¡no quiero! Quizá si lo dejo cumpla 28 para siempre jamás.
Los años, donde estoy viviendo, a lo que me dedico… Han pasado tantísimas cosas desde hace 7 meses que tendría que cambiarlo todo, pero no tengo moral. Así que, me perdonáis, ¿vale?
Lo que no ha cambiado es que sigo pensando que saber cocinar no es saber hacer una receta. No. A mí me gustaría poder decir que voy a mezclar leche condensada con queso azul, curry, maracuyá y “no sé qué mi madre” vi antes haciendo zapping y pasándome por Top Chef, y que con esa marranada voy a hacer un plato de la leche. Porque sí, porque me sale a mí de los pies hacer esa guarrada y porque yo lo valgo. Pero claro, para eso hay que aprender un montón y probar muchas cosas. Y yo, por ejemplo, no he probado un maracuyá en mis 28 (vaaaaaale, 29) añitos.
Por otra parte, y aunque me reviente admitirlo, también hay recetas que hay que saber porque sí. Porque son así y punto pelota. Como es el gazpacho, el bacalao al pilpil (que todavía no sé cómo es) y la gallina en pepitoria, por ejemplo.
¡Cuantísimas veces habré oído lo del pollo en pepitoria!
O gallina perdón. Pero como no hay manera de encontrar gallina por ningún lado pues… pollo. Y ni repajolera idea de lo que era, oiga. Hasta que me la dieron el otro día en clase. Y yo no sé qué fue. Si tenía muchísima hambre o si está realmente que te mueres, o mezcla de las dos cosas. Pero el fin de semana me puse otra vez a ello y aquí la tenéis.
Pollo en pepitoria. Pollo con una picada de almendras tostadas, huevo duro y azafrán. Ya está. Ni más, ni menos. Y, ¿lo mejor? Que es una receta de esas contundentes que me gustan a mí. Con las que haces comida para todo el edificio en un momentín.
Ingredientes:
- 500 gr de pollo cortado en cuartos o en octavos.
- 50 gr de aceite de oliva suave.
- 1 cebolla pequeña.
- 1 ó 2 dientes de ajo.
- 60 gr de vino blanco.
- 1 cucharada de harina.
- ½ litro de fondo de ave o de agua.
- 1 hoja de laurel.
- Sal y pimienta.
- 1 zanahoria (opcional).
Para la picada:
- 20 gr de almendras.
- 1 yema de huevo duro.
- 1 rebanada de pan.
- Unas hebras de azafrán.
Para decorar:
- Clara de huevo duro.
- Perejil picado fino.
Elaboración:
- Antes de empezar tenemos que comprobar que el pollo esté bien limpio. Tenemos que lavarlo bien y quitarle las plumas si le quedara alguna. Para quitar todos los pelillos podemos pasarla por el fuego.
- Una vez limpio y cortado en trozos lo salpimentamos y lo freímos con el aceite de oliva caliente en un rondón (no me miréis raro con cara de uhuhuhu, la cocinillas, jajaja, pero es que tengo que empezar a hablar con propiedad para aprobar). Un rondón es un recipiente de base ancha y paredes cortas que tiene asas a ambos lados y se usa para hacer guisos, estofados… etc.
- Una vez que el pollo esté doradito lo sacamos y lo reservamos en un plato. En el mismo aceite donde hemos frito la carne sofreímos la cebolla y el ajo picados a fuego medio. Lo habremos picado en trozos bastos, un poco más grande que una brunoise. Añadimos la zanahoria cortada en ruedas y hacemos unos 5 minutos. No queremos que las hortalizas tomen color, así que lo removeremos de vez en cuando.
- Añadimos una cucharada de harina y mezclamos bien para quitarle el sabor a crudo.
- Después de haberle dado un par de vueltas a la harina y haberla integrado echamos el vino. Subimos el fuego para que se evapore el alcohol mientras removemos y vertemos el caldo de ave.
- Mezclamos bien, añadimos la hoja de laurel y le damos un hervor.
- Introducimos el pollo que ya teníamos dorado, tapamos y dejamos hacer a fuego lento. Cada 5-10 minutos le daremos la vuelta para que se haga igual por todos lados. Dejaremos hacer alrededor de 40 minutos, hasta que el pollo esté tierno.
- Como hemos puesto la tapa, podemos tostar encima de ésta las hebras de azafrán. Las dejaremos encima de la tapa hasta que las vayamos a usar en la picada.
- Mientras se va haciendo preparamos el majado de la pepitoria. Para ello tostamos las almendras en una sartén con un poco de aceite. Las doramos y reservamos.
- En la misma sartén freímos la rebanada de pan con otro poco de aceite. No queremos que tueste demasiado. Queremos un tostado clarito.
- Con los huevos previamente cocidos como vimos en su día ya podemos preparar la picada.
- En un mortero mezclamos las almendras tostadas, la yema de huevo, el pan frito y el azafrán, hasta hacer una especie de papilla gruesa. Para ayudarnos echaremos un poquito de caldo en el mortero.
- Una vez listo el majado lo añadiremos al rondón apenas unos minutos antes de que acabe de hacerse el pollo. La echamos al final porque nos espesará la salsa muy rápidamente y, de tenerlo más tiempo, podría pegarse. Hacemos un par de minutos y servimos.
- Servimos el pollo con un poco de clara de huevo cocida picada y perejil.
Nota.
- Podemos acompañar con patatas fritas, puré de patata, arroz, verduras…
- Si lo dejamos para comer al día siguiente asentarán los sabores. Lo guardaremos en la nevera y a la hora de recalentarlo lo haremos a fuego suave, para que no se pegue la picada que habrá espesado toda la salsa.
¿Sabías que…?
La gallina en pepitoria es de origen árabe y se popularizó en el siglo XIX debido a la preferencia que mostraba por él la reina Isabel II.
Antoñito dice
Hola Anita,
Como vuelvas a hacer mencion de la bajona lo de los 29 la vamos a tener….no puedo con tu life niña!
Alguna vez he intentado esta receta con gallina y he utilizado gallina para hacer cocido y nunca he conseguido que me quede tierna (da igual como quede ya me he acostumbrado a comer todo lo que hacen esta manitas esté como esté) pero me gustaría saber como conseguirlo…….Anita I need you!!!!
En cuanto a la recetilla me salto lo de la harina y lo del pan no queda la misma textura pero todo sea por la operacion torrija 2020 😉
Besitos
Ana dice
Jajajajaja. ¡Lo que me he reído! No pienses que me olvidé de ti, es que bueno,estuve desaparecida del mapa. Pero, ¡he vuelto!Lo poquito que he podido mirar, ya que no he hecho gallina nunca (siempre que me puse no la encontré), es que se debe al tiempo. La gallina tarde muchísimo más que el pollo en quedar tierna. Si el pollo lo tenemos 40 minutos pues la gallina hora y media. También he leído otros truquitos por ahí, como dejarla a remojo la noche anterior en agua con vinagre. Pero… como no lo he probado no sé qué decir, no me aventuro. Pero en cuanto se me logre hacerla vengo y te cuento. Eso sí, ¡lo del tiempo es imprescindible!
Y ánimo con esa operación torrija 2020. Jajajajaja!
¡¡Un besazo!! ¡Y felices fiestas!
Pedro dice
Ta bien ta bueno ta rico
Ana dice
Jajajajajajajaja. No me acordaba de esto, jajaja