De peque siempre me asaltó una duda muy grande. ¿Por qué al picadillo se le llama picadillo?
¿Por qué es, mami? ¿Porque está muy picado o porque pica mucho?
Porque está muy picado hija.
Perfecto, lo entiendo. Pero entonces… ¿por qué a la carne picada no se le llama picadillo? Esa era mi gran duda. Hasta que el otro día en la carnicería descubrí que también se la llama así, a mis 30 años (uff… ), lo admito.
¿Qué quieres nena? (Mentira, ya no me dicen nena, sniff…)
200 gr de picadillo.
¿Mixto o de ternera?
Ehhhhh, ¡de este! (señalando para el picadillo que entendí toda mi vida como tal)
¡Ah! ¡De chorizo!
Ahhh, pues de chorizo… sí…
Ni repajolera idea vaya. Lo que toda mi vida entendí que era picadillo, era picadillo de chorizo. Si es que no sabemos (sé) lo que comemos (lo que como). Y me fui para casa con miedo de no haber comprado lo que necesitaba. Hasta que no hice los pimientos y los comí no me quedé tranquila oiga.
Así que vamos a comer picadillo de chorizo, o adobado (otra acepción), o como lo llaméis en vuestra casa. ¿Cómo lo llamáis? Me pica la curiosidad. Así igual la próxima vez no me queda cara de boba cuando lo pida.
No me disculparé por esta receta porque ya habéis acabado la operación bikini, ¿a que sí? 🙂 Y no voy a decir que está para chuparse los dedos porque lo comemos con tenedor, sería una auténtica marranada comer esto con las manos, pero os vais a hartar a rebañar.
Ingredientes ( para 2 personas):
- 2 pimientos rojos pequeños.
- 1 cebolla pequeña.
- 1 ajo (opcional).
- 200 gr de picadillo de chorizo.
- 1 cucharada sopera de harina.
- 1 vaso de leche.
- Sal.
- Aceite de oliva virgen.
Como guarnición:
- Patatas. Fritas en forma de panadera (en rodajas).
Elaboración:
- Echamos en una sartén 4 cucharadas de aceite de oliva y ponemos a fuego medio.
- Añadimos un diente de ajo machacado. Sin pelar, no hace falta, es solo para dar un poco de sabor. Simplemente lo aplastamos con la hoja del cuchillo hasta romperlo un poco. ¡Cuidadito con esas manos! También podemos darle un golpe con un mazo.
- Agregamos también la cebolla previamente pelada y picada en brunoise, y una pizca de sal. ¿Recordáis para qué echamos sal a la cebolla? La sal hace que los alimentos suelten el jugo, el agua que tienen, de esta forma la cebolla se hace antes, se pocha más rápido.
- Mientras rehogamos la cebolla (durante unos 5 minutos aproximadamente), preparamos los pimientos. Les quitamos la tapa con ayuda de un cuchillo como vemos en las imágenes. Cortamos alrededor y sacamos. ¡No tiramos la tapa! Cortamos el tuco de la tapa y limpiamos de semillas. Limpiamos también el pimiento por dentro. Podemos ayudarnos con un cuchillo para quitar los trozos de carne blanca. Limpiamos bien de semillas debajo del grifo y reservamos los pimientos con sus tapas.
- Ya tendremos lista la cebolla. Es el momento de quitar el diente de ajo y añadir el picadillo a la sartén. Aplastamos con la espátula el picadillo para que no se apelmace y dejamos hacer mientras integramos con la cebolla. Hacemos durante un par de minutos, hasta que veamos que pierde el color a crudo.
- Y ahora vamos a hacer una bechamel sobre esta farsa. Simplemente echamos una cucharada de harina sobre la mezcla, removemos e integramos. Hacemos otro par de minutos más para que pierda el sabor a crudo (tal y como hacemos con la bechamel).
- Añadimos la leche poco a poco hasta conseguir el espesor deseado. No puedo poner medidas para la leche porque dependiendo del tipo de picadillo, del tamaño de la cebolla… necesitaros más o menos. No queremos un relleno líquido o se nos desparramará, queremos una bechamel espesa pero jugosa. Removemos hasta integrar y conseguir este punto.
- Probamos y rectificamos de sal si fuera necesario. Yo no lo salo porque el picadillo tiene un sabor fuerte.
- Apartamos del fuego.
- Rellenamos los pimientos con esta mezcla con ayuda de una cucharilla, la mitad para cada uno. Ponemos la tapa y disponemos sobre una bandeja apta para horno previamente engrasada con aceite.
- Regamos los pimientos con un chorrito de aceite y espolvoreamos de sal.
- Horneamos a 180º durante 40 minutos. Antes de sacar comprobamos que estén hechos. Pinchamos con algo afilado, si no ofrecen resistencia es que están listos.
- Sacamos y disponemos en un plato sobre patatas panadera.
Notas.
- Si recordáis, cuando hicimos los pimientos asados, les dábamos la vuelta para que se hicieran por ambos lados por igual. Al hacerlos rellenos no podemos dársela porque se desmontarían.
- Es posible que, si se nos rompió un poco la tapa, ésta se caiga y se nos salga un poco de relleno, no pasa nada, la gran mayoría quedará dentro. Lo único que pasa es que no estará tan bonito, nada más.
- Como veis no matizo la temperatura de la leche. A la hora de hacer una bechamel sin grumos es imprescindible que esté caliente. En este caso no hace falta. Como hacemos la bechamel sobre una farsa bien consistente, no se formarán grumos, se romperán al remover e integrarlos con el resto del relleno.
Ya me contaréis si os he alegrado un poco el fin del verano. ¿Ya habéis vuelto a la rutina? Yo he empezado esta semana y ya estoy que me subo por las paredes. En fin ánimo y… ¡al pimiento con picadillo!
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