Hay veces en que me olvido de que soy asturiana, ¡me cago en la mar!
Me explico, que dicho así suena muy mal. Siempre he creído que los asturianos no tenemos acento (inocente de mí, ¡já!). Los andaluces tienen acento, los gallegos tienen acento, los catalanes tienen acento… y así podría seguir y seguir hasta llegar a Asturias en que os diría, los asturianos NO tenemos acento. Realmente no soy consciente de ello y creo firmemente que no lo tenemos. No acentuamos en exceso alguna letra en concreto, no hablamos con cierto ritmo, no pronunciamos letras como si fueran otras… Me parece que hablamos de forma bastante estandarizada. ¡Ojo! A menos que vayas a alguna aldea perdida por el monte donde hablen asturiano cerrado (bable), que no los entiendo ni yo.
Como creo que no tenemos acento (es que no lo tenemos, ¡leñe!), se me va la cabeza y creo que todas las palabras típicas asturianas se dicen en toda España. No soy consciente de que no todo el mundo entiende el “me presta”, “me cagon mi manto”, “vaya fartura”, “me fiede” y, cómo no, los “chipirones afogaos”. Como tampoco me doy cuenta de que por fuera de mi tierra no saben que estamos todo el día con el “me cago en la mar” y que el “qué cabrón eres” es bueno.
A lo que vamos. Tendré que explicaros qué son los chipirones afogaos porque el otro día me di cuenta de que es algo muy asturiano cuando, hablando de ese plato, gente de fuera me puso cara de sorpresa. Aquí, es común cambiar la “h” por la “f”. De ahí que chipirones afogaos no sean más que chipirones ahogados, el “me fiede” que os decía antes es un “me hiede” (dicho así suena pijísimo) y la “fartura” no es más que una “hartura” a comer.
¿Cómo ahogamos los chipirones? El plato típico de chipirones afogaos se hace con un mogollón de cebolla picada y vino blanco con generosidad. Ni más, ni menos. ¿El resultado? Para chuparse los dedos, o mejor aún, para coger la barra de pan y rebañar hasta no dejar nada. ¿Rebañar es asturiano?
Como veíamos el otro día hay dos formas básicas de cocinar los chipirones:
- A la plancha a fuego fuerte y apenas 1 minuto por cada lado.
- A fuego suave, en una cocción húmeda, mínimo 20 minutos.
Hoy vamos a hacerlo de la segunda forma.
Ingredientes:
- 500 gr de chipirones.
- 2 cebollas.
- 2 ajos.
- 20 ml de brandy.
- 100 ml de vino blanco.
- 100 ml de agua.
- 1 cayena.
- Perejil picado para decorar.
Elaboración:
- Pelamos y picamos las cebollas y los ajos en brunoise.
- En una sartén honda (vamos a echar ahí los chipirones con todo el líquido), echamos unas cucharadas de aceite de oliva y, cuando esté caliente, añadimos la cebolla y el ajo picados. Rehogamos a fuego suave.
- Añadimos una pizca de sal para ayudar a que sude la cebolla y dejamos hacer hasta que ablande completamente, unos 20 minutos aproximadamente.
- Mientras tanto limpiamos los chipirones.
- Cuando la cebolla esté lista añadimos el chorro de brandy y subimos el fuego para que se evapore el alcohol, dejamos reducir unos 20 segundos.
- Añadimos el vino blanco y la cayena. Dejamos evaporar el alcohol un par de minutos y agregamos el agua y los chipirones.
- Los hacemos a fuego medio-bajo 20 minutos. Podemos ir probando por si acaso, como siempre.
- Apartamos del fuego, espolvoreamos con perejil picado y servimos.
Notas.
- Si queremos darle un toque más “doradito” a los chipirones podemos marcarlos a la plancha antes de incorporarlos a la cazuela. Luego los tendremos 20 minutos cociendo para que ablanden correctamente. Si hiciéramos esto debemos tener en cuenta que hay que secarlos muy bien antes de freírlos, o de lo contrario se cocerán, a fuego muy alto y se endurecerían. Para asegurarnos de que estén secos les pasamos un papel absorbente y los enharinamos un poco. Lo malo es que de esta forma perderemos parte del jugo que el chipirón suelta al cocerse y, en consecuencia, parte del sabor.
- Como veis no he añadido sal al final porque la he echado en la cebolla para ayudarla a sudar. Aún así probad y rectificad si fuera necesario.
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