Carnaval siempre me ha planteado tres dudas.
¿Por qué los hombres tenéis esa afición a disfrazaros de mujeres?
Todo hombre, al menos una vez en la vida se ha disfrazado de mujer (a no ser que sea de esas personas que no se ha disfrazado nunca). Es más, no sólo os disfrazáis de mujeres si no que lo hacéis a concencia. Con falda, medias… y TACONES. A lo valiente, para pasar frío y acabar con ampollas en los pies. ¿Por qué? Os voy a decir algo que quizá no sabéis. Los tacones son incómodos, muy incómodos. Son bonitos sí, pero abrasan los pies. Hay que decir que hay tacones y tacones. Pero, por normal general, es más cómodo ir en zapatillas. Y no son imprescindibles para que se sepa que vais de mujer. Ahora preguntaréis, ¿y por qué te los pones tú? Porque son bonitos, muy bonitos, y porque mido metro y medio. Pero ojo, que no es ninguna crítica, ¡me parece genial!, porque me río un montón. Hasta la fecha lo mejor que he visto ha sido mi abuelo, a sus 80 años, disfrazado de la duquesa de Alba. ¡Total!
Bien, nosotras tampoco nos quedamos atrás.
¿Por qué las mujeres nos disfrazamos de lo que sea en plan sex… (lo siento, no me sale decir esa palabra) putilla?
Y no os equivoquéis y os llevéis las manos a la cabeza. ¡Hala lo que ha dicho! He dicho “nos” Yo también lo he hecho. De marcianita putilla, de colegiala putilla… Luego ya me pasó la tontería y me tiré a los disfraces calentitos: Obelix, Penélope Glamour… Pero, ¿por qué lo hacemos? No hay mujer que no lo haya hecho alguna vez en la vida. Y desengañaos, ni estamos más guapas, ni vamos a encontrar al hombre de nuestra vida por ir así. Lo más probable es que encontremos cualquier cosa menos eso. Porque… lo normal es que el Príncipe Azul busque a Blancanieves, no a Blancanieves putilla.
Y lo que más rabia me da.
¿Por qué Carnaval es en invierno?
¡Hace frío! Igual está así establecido por algo y estaréis pensando que soy una ignorante de tres pares de narices. Así que si me lo aclaráis sería genial. ¿Qué tal un Carnaval en mitad de primavera o en verano? Tendríamos un abanico de posibilidades enorme para disfrazarnos y sería mucho más cómodo para esos hombres con liguero y esas enfermeras putilla.
Hoy tampoco encontraré respuesta a las incógnitas que me persiguen todos los carnavales, pero este año encontré algo mucho mejor, ¡la receta de casadiellas! O casadielles como decimos en Asturias. Os la traigo tal cual la dimos en clase. Con la advertencia de que, como decimos en Asturias.
Tan contentinas.
Lo que quiere decir que llevan alcohol como para ir de botellón solo con casadielles. Pero podéis reducirlo un poquito como os cuento a continuación.
Las casadiellas son típicas asturianas y lo que las caracteriza es que van rellenas de una mezcla de azúcar, anís y nuez. Las más tradicionales son las fritas, pero también podemos reducir la grasa haciéndolas al horno.
Ingredientes:
- 300 ml de vino blanco.
- 350 gr de mantequilla.
- 600 gr de harina de trigo (la que acepte; si añadimos huevo echamos 750 gr de harina).
- 1 cucharadita de café rasa de sal.
- 1 cucharadita de café rasa de levadura química (tipo Royal).
- 1 huevo (opcional).
Para el relleno:
- 200 gr de nuez molida.
- 150 gr de azúcar.
- 50 ml de anís.
- 25 ml de brandy (podemos sustituirlo por agua).
- 25 ml de agua.
Para freír y rebozar:
- Aceite de oliva suave o aceite de girasol.
- Azúcar granillo (el normal).
Elaboración:
- Ponemos la mantequilla en punto pomada, o incluso un poco fundida. Lo haremos metiéndola en el microondas 20 segundos.
- En un bol mezclamos el vino blanco, con la sal y la mantequilla. Batiremos con ayuda de un tenedor hasta dejarlo como una crema. Esto nos resultará un poquito difícil, mezclar vino y mantequilla es como si mezcláramos agua y mantequilla. Para ayudarnos podemos poner debajo del bol un recipiente con agua caliente, como si hiciéramos un baño María pero sin ponerlo al fuego.
- Añadimos el huevo y la levadura e integramos.
- Cuando tengamos todo bien mezclado vamos incorporando la harina tamizada poco a poco, hasta conseguir una masa que no se pegue a las manos.
- Llegados a este punto la echamos sobre una superficie de trabajo que habremos enharinado previamente y estiramos con el rodillo. Formamos un rectángulo (no ha de ser perfecto ni mucho menos) y doblamos en cuatro, como si dobláramos un folio. Volvemos a estirar y repetimos la misma operación 3 veces.
- Formamos una bola y dejamos reposar en la nevera durante dos horas tapada con un paño.
- Mientras esperamos podemos preparar el relleno. Para ello mezclamos todos los ingredientes en un bol. Si la nuez que tenemos es entera la moleremos con ayuda de un robot de cocina, picándola con un cuchillo, majándola en un mortero o metiéndola en una bolsa y pasándole el rodillo por encima (¡Ahí es ná!).
- Una vez que ha reposado la masa la estiramos con el rodillo. Debemos enharinar la superficie de trabajo para que no se pegue, es muy importante, ya que al llevar tanta mantequilla se volverá más pegajosa conforme pase el tiempo y vaya cogiendo temperatura ambiente.
- Estiramos dejándola ni muy fina ni muy gruesa, como de un milímetro de espesor. Cortamos en forma de rectángulo y, a su vez, cortamos en rectángulos más pequeños, de 12×6 cm aproximadamente.
- Colocamos el relleno en forma de croqueta en un extremo del rectángulo a lo largo y cerramos enrollando.
- Unimos los bordes con un tenedor, como si fuera una empanadilla.
- Freímos en abundante aceite de oliva suave o de girasol a fuego medio-alto hasta que estén doradas. Las freiremos primero por la parte del cierre para sellarlas y que no se salga el relleno.
- Sacamos y ponemos en un plato con papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
- Rebozamos con azúcar.
Notas.
- Se pueden hacer también con masa de hojaldre, el relleno sería el mismo. Se pueden freír o cocer al horno, en este último caso se pinchan en dos o tres sitios para evitar que revienten al cocer y se pintan antes de ponerlos en el horno.
- En el relleno se puede suprimir el brandy y doblar la cantidad de anís. También podemos añadir algo de mantequilla o agua.
- Para montar el plato podemos colocarlas en un plato espolvoreado con un poco de canela.
- Para conservarlas crujientes las guardaremos en un recipiente hermético en un lugar fresco y seco.
Pedro dice
Aniiiis! Me super-muero contigo! Putilla dice, jajajajajajajajaja.
Mira, lo del carnaval es: depende de la primera Luna Nueva del mes de febrero (o marzo), a partir de este mismo día hay se cuenta hasta los 40 días de la Cuaresma (que representan los 40 dias que pasó Jesús en el desierto meditando). Para el Carnaval se sigue lo siguiente: La Luna Nueva de febrero (o marzo) es el Miércoles de ceniza, el día anterior que es el ultimo día antes de la Cuaresma en la que se debe practicar el ayuno y abstinencia es el día de Carnaval. Debería serlo aunque a la practica se celebra el sábado anterior al miércoles de ceniza. (Todo esto es la explicación que he ido recuperando de internet, pero que ya me habían explicado en el colegio).
Lo de las casadielles tiene buenísima pinta! Pero no quedarán con demasiado sabor a licor? Porque mira que luego me pongo tontorrón y… pasa lo que pasa!!!
xao bss ctt
Ana dice
Jajajajajajajaja. Yo sí que me super-muero contigo. Tengo que decir que después de leer tres veces no me he enterado de nada. Empiezo bien pero luego… me disperso, como siempre. Pero está bien tenerlo en cuenta para releerlo hasta caer que es una duda existencial. Si no siempre puedo preguntar en el cole 🙂 Están contentinos, sí. Así que a sustituir el brandy por agua, no vaya a ser que te pongas tontorrón y… a ver quien te aguanta 🙂 Muuuuuuuuuuuaaaaaaaa!!!