¡Que no te enteras de la vaina!
Disculpadme si a estas alturas vengo con un básico tan básico, pero es lo que tiene mi berza, que os voy contando según me surge. Son tantas las cosas que hay que ver en cocina que una no sabe por donde empezar.
Los que sepáis como utilizar correctamente una vaina de vainilla, ¡hala!, podéis ir al recreo.
Como cada persona es un mundo imagino que cada uno tenga su forma de hacer y de enfocar las cosas. ¿Cómo habéis empezado a cocinar? Yo a palpo. No creí que fuera algo que daba tanto que hablar, que hubiera tanto escrito sobre ello. Y bueno, cuando empecé, no había internet. ¡A ver quién encontraba un libro donde te explicasen cómo utilizar una vaina de vainilla!
Oiga señor librero, quiero un libro de cocina que me explique “cómo se usa una vaina de vainilla”.
Si niña mira, en el tercer pasillo a la derecha, justo debajo del libro de “no me toques las narices”.
Pues no, no era tan fácil como hoy en día, que hay en internet tutoriales para todo. Cualquiera que me lea pensará que estará hablando con la abuela cebolleta.
Cuando yo era joven, iba al cine con una peseta, compraba palomitas y todavía me sobraba dinero.
Pero no, a día de hoy todavía estoy en mi tierna edad (¡já!) de 31 añitos. La generación del 84, a la que le pilló la revolución de los ordenadores, internet y de los zapatófonos, que salía un sábado con 1.000 pesetas y, después de financiar discoteca, bebida, y pizza para cenar todavía ahorraba unos duros.
Bien. Aprendí a cocinar a palpo. Que una receta lleva vaina de vainilla pues corto un trozo y la meto, sin más. Las recetas más habituales donde nos vamos a encontrar este ingrediente es en recetas de pastelería y repostería. Cremas pasteleras, flanes, helados… Por tanto, lo normal es emplearla infusionando un trozo de vaina de vainilla en la leche que vayamos a usar. Bien, eso es lo que aprendí “a palpo”, y es correcto, pero no del todo. Hay mil posibilidades más, o al menos dos 🙂
La vaina de vainilla se compone de dos partes, la que vemos exteriormente, la cáscara que podríamos llamar y las semillas del interior. ¿Dónde está toda su potencia? En las semillas.
Las semillas son el néctar de la vaina de vainilla. Es lo que nos va a dar más aroma. Pero no por ello desperdiciaremos la cáscara, también tiene un olor muy intenso.
Podemos usar una vaina de vainilla entera o por partes. Pero primero vamos a ver cómo separarla.
Cómo abrir una vaina de vainilla.
- Colocamos la vaina en una superficie de trabajo y la abrimos con un cuchillo por la mitad a lo largo. Es importante que el corte no sea muy profundo para conseguir abrirla y no partirla en dos.
- Abrimos la vaina y rascamos el interior con el canto del cuchillo, no con el filo. Lo que sacamos de este modo son las semillas.
¿Qué ocurre si me paso cortando y la divido en dos?
Nada, que tendrás que rascar “dos vainas” en vez de una para sacar las semillas.
Y ahora que sabemos abrir una vaina, ¿cómo la usamos?
- Las semillas. Es frecuente utilizar las semillas para aromatizar cremas pasteleras, flanes, helados… Tan sólo tenemos que integrarlas con la mezcla y hacer la receta como normalmente. La particularidad que tiene si usamos la vainilla de este modo, es que la receta que estemos haciendo nos quedará con puntitos negros, que son las semillas, por eso no se suele hacer así en flanes por ejemplo, quedaría raro porque no estamos acostumbrados a verlo.
- La vaina. Aunque la mayor potencia la proporcionen las semillas, la vaina también aromatiza. Se usa cuando queremos dar aroma pero no queremos que la mezcla nos quede con los puntitos negros. Lo que haríamos sería infusionar (echar la vaina en la leche y calentarla) la vaina en la leche que vayamos a utilizar para la receta y dejar que se impregne del aroma. Cuando vayamos a hacer la mezcla con los demás ingredientes la sacamos y listo.
- La vaina al completo, con semillas. Hay gente que pasa olímpicamente de sacar las semillas. Yo era una de ellas es mis inicios, porque no sabía usarla básicamente. Podemos usar la vaina entera del mismo modo que lo hacíamos sin semillas. En este caso, como las semillas aromatizarán mas podemos cortar un pedazo de vaina para que se liberen los aromas y así una vaina nos dará para muchas recetas, empleando un trocito en cada una.
Notas.
- Las vainas de vainilla son tan potentes que tienen más de un uso. Evidentemente las semillas solo tienen uno, pero la vaina podemos reutilizarla. Podemos usarla para infusionarla en leche hasta tres veces. Eso sí, después de cada uso debemos lavarla bien con agua y secarla del todo.
- También podemos emplear la vaina para aromatizar azúcar. Una vez usadas las semillas (o sin haberlas empleado, con la vaina entera), podemos meterla cortada en tres trozos en un bote hermético lleno de azúcar y reservarlo así. De vez en cuando le damos un meneo y a la semana o dos semanas después tendremos azúcar vainillado. La proporción que usaremos será de 2 a 4 vainas de vainilla por kilo de azúcar.
- Es importante la calidad de la vaina para obtener buenos resultados. Sabremos que una vaina está en óptimas condiciones al ver su aspecto humedecido. Esa humedad es la que nos asegura que las semillas están en perfectas condiciones. Para saber que una vaina está fresca al tacto deberá estar algo pegajosa pero no debe pegarse entre otras vainas.
Mayte Garcilles Garcilles dice
Nunca viene mal recordar y enseñar estos básicos, como bien dices, para quien sabe…solo recordarlo y para el que no lo sabe…aprende algo nuevo. Me ha encantado.
Besos guapetona
Ana dice
Mil gracias Mayte 🙂 Un abrazo.