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Bizcocho ligero o bizcocho básico

Bizcocho ligero o bizcocho básico

08/10/2013 por Ana 6 comentarios

¿Os habéis preguntado alguna vez cuáles son los ingredientes básicos de un bizcocho?

Los básicos, básicos. Yo me lo he preguntado como un millón de veces. Sabéis que para mí seguir una receta no es saber cocinar y lo que quiero es, precisamente, cocinar sin necesidad de seguir recetas de nadie, sino crear las mías. Pero claro para eso hay que remontarse al origen de las cosas y ver qué es cada cosa ¿no?

No sé si habréis echado en falta en estos meses recetas de magdalenas o bizcochos. Yo sí. Me encanta hacer bizcochos y llevarlos para desayunar en la oficina. Pero para traeros bizcochos, primero tenía que saber qué era un bizcocho. Así que tras una búsqueda fallida por la red me dije, ¡ya lo aprenderé en clase!

¡Y dicho y hecho oiga! Primera clase práctica de pastelería y receta básica de bizcocho. ¡Por fin! ¿Sabéis que es un bizcocho? Brrrrr, redoble de tambor. Una mezcla de harina, huevos y azúcar. Ya está, ea.

Anda ya, ¿y la levadura qué?

¡No hace falta!

Anonadada me quedé. Pero vamos a matizar un poco. No hace falta en la receta básica. Más adelante iremos avanzando e incorporando lo que queramos: levadura, leche, aceite, licores, aromas, frutas, cholocate, yogures… Pero para el básico, básico, nada de levadura.

Recuerdo cuando, en mis intentos por descubrir qué era un bizcocho, tenía la firme convicción de era una crema formada por harina, azúcar, algún elemento húmedo y a partir de ahí, lo que quieras. No estaría del todo mal pensado si no fuera porque tras hacer esa reflexión me emocioné y empezó la locura. Mi filosofía era, ¡todo vale en un bizcocho! Pero no es cierto y lo descubrí a las malas. No os voy a contar los bizcochos que emborraché porque tampoco es nada del otro mundo. Pero sí os contaré mi mayor pifia culinaria por si a alguien le da la locura de hacer lo que hice yo, para que sepa que no es una buena idea.

¿Sabíais que además de con levadura podemos aumentar las masas con bicarbonato? Yo sí lo sabía, pero no sabía que las medidas no eran las mismas. Así que un día que estaba haciendo un bizcocho y no tenía levadura, se me ocurrió la genial idea de echar la misma cantidad de bicarbonato. ¡ERROR! El resultado vino a ser el mismo que cuando no ponemos el dedo mágico en el borde del vaso de CocaCola, jajaja. Desbordamiento absoluto. Bueno, no pasa nada, se limpia y está. Pero no, no tuve que limpiar mucho porque ese día me sentía inspirada y debajo del bizcocho tenía una pizza que estaba horneando a la vez. Imaginaos el percal. Por si os lo estáis preguntado… no, no es una buena mezcla, no salió de ahí ningún bizcocho deconstruido al aroma italiano ni nada por el estilo. ¡Qué le vamos a hacer!

A lo que vamos. ¿Por qué no vamos a necesitar levadura? Para subir una masa no es estrictamente necesaria, a no ser que tengamos elementos de mucho peso. Entonces, ¿cómo hacerlo? Muy fácil, como los globos, metiendo aire. Para meter aire a una masa con huevos y harina tenemos que hacer dos cosas. Primero, tamizar la harina, que quiere decir pasarla por un colador para separar las partículas y que queden más sueltas. Y segundo, batir bien el huevo, por una parte las yemas hasta que blanqueen y por otra las claras hasta ponerlas a punto de nieve. ¿Fácil verdad? Y si no tenéis varillas eléctricas no os preocupéis, varillas manuales y al lío. Tardaremos 15 minutillos más pero estaréis tan orgullosos como yo.

¡Que sí, que sí, que he batido claras a punto de nieve a mano! ¡Yupiiii!

13 minutos, 39 segundos, 36 centésimas que he tardado, jajaja. Pero sí, lo admito, hoy tengo agujetas.

Ingredientes:

  • 100 gr de harina.
  • 100 gr de azúcar.
  • 4 huevos.

Además necesitaremos:

  • 1 poco de mantequilla.
  • 1 cucharadita de harina.

Elaboración:

  • Encendemos el horno a 180º para que vaya calentando.
  • Lo primero que haremos será preparar el molde para tenerlo a punto y verter la masa en cuanto la tengamos lista. Para ello cogemos un trocito de mantequilla y la extendemos por la base y las paredes del molde. Podemos ayudarnos con una servilleta para no mancharnos las manos de grasa.
  • Una vez bien untada espolvoreamos la cucharadita de harina. Movemos el molde para repartirla bien, igual que la mantequilla, por las paredes y por los moldes.
  • Damos vuelta y retiramos el exceso. Para asegurarnos de que no queda exceso de harina le damos la vuelta al molde y le damos unos golpecitos en la base. Ya tenemos el molde preparado. De esta forma no se nos pegará el bizcocho. Reservamos hasta que lo vayamos a utilizar.
  • Vamos con el batido. Separamos las claras de las yemas. Para ello ponemos el recipiente donde vayamos a batir las claras debajo y vamos pasando las yemas de una media cáscara a otra. La clara caerá sola. Las yemas las reservamos en otro bol.
  • Una vez separadas las claras de las yemas añadimos el azúcar. Echaremos 75 gr de azúcar en el recipiente de las claras y 25 gr de azúcar en el de las yemas.
  • Vamos con la preparación de cada una. Las yemas las vamos a blanquear. Esto quiere decir que, a fuerza de batir con las varillas, van a ir adquiriendo un color blanquecino y a triplicar su volumen. Para conseguir esto podemos ayudarnos con un poco de agua caliente, ya que nos ayudará a que el proceso sea más rápido. Debajo del bol de las yemas colocamos un recipiente con un poco de agua caliente como si de un baño María se tratara. Y empezamos a batir. Veremos como se va a aclarando la mezcla pero, ¿cómo saber cuando está listo? Ese punto será cuando, al levantar la mezcla con las varillas, se nos forme una especie de cordón uniforme, como vemos en las imágenes. Si no nos forma cordón y simplemente gotea es que aún le queda un poco.
  • Vamos ahora con las claras. Para batir las claras a punto de nieve nos ayudaremos con unas varillas eléctricas. ¿Y si no tenemos? ¡No hay problema! Varillas manuales. Tardaremos entre 10 y 15 minutos pero no es difícil, solo hay que tener un poco de paciencia. Un truco que he descubierto mientras batía para descansar un poquito las manos sin dejar de batir es el que os enseño a continuación. Cogemos el mango de las varillas entre ambas manos y frotamos como si quisiéramos  hacer fuego. Si tenemos varillas con mango redondo es perfecto, si no, tendremos que batir como siempre. Como vimos en su día, las claras estarán a punto de nieve cuando, al dar la vuelta al recipiente donde las estamos batiendo, no se caigan. ¡Cuidado con la prueba! Inclinad despacito por si resulta que todavía no están y se va todo al garete.
  • Bien, una vez listas claras y yemas las unimos. Echamos las claras en el bol de las yemas (que habremos retirado ya del agua caliente) poco a poco y con movimientos envolventes, para que no se bajen y se pierda la esponjosidad. Un buen ejemplo que nos da el libro que tenemos en clase es que las mezclemos como si en el recipiente hubiera globos y los estuviéramos mezclando con alfileres, con cuidadito para que no se pinchen. A mí me gusta decir que las batimos como si estuviéramos jugando con la mezcla a saltar a la comba y las varillas fueran la cuerda.
  • Una vez que tengamos la mezcla bien integrada añadimos la harina tamizada. Esto es pasada por un colador o tamiz, de esta forma la mezcla se aireará todavía más. La añadimos de poco en poco y la incorporamos al igual que las yemas, despacito y con movimientos envolventes. Cuando la mezcla esté homogénea ya la tenemos lista.
  • Vertemos en el recipiente que teníamos preparado con cuidado y distribuyéndolo bien. Si no nos queda liso podemos alisarlo con cuidado con una espátula una vez echado, pero sin aplastar apenas o echaremos a perder todo el trabajo que llevamos hecho. Personalmente a mí me gusta más rústico, así que me he saltado este paso.
  • Horneamos a 180º, calor arriba y abajo durante 20 minutos aproximadamente. A los 20 minutos abrimos, pinchamos con un palillo en el centro y si este sale limpio es que el bizcocho está listo.
  • Lo colocamos sobre una rejilla. Esperamos 10 minutos hasta que temple y desmoldamos.













Notas. 

  • Debemos tener mucho cuidado de NO ABRIR NUNCA EL HORNO HASTA QUE EL BIZCOCHO ESTÉ COCIDO, de lo contrario la corriente de aire producida al abrir la puerta hará que no suba más. Esperaremos a que pase 3/4 partes del tiempo de horneado para abrir y echar un ojo.
  • Colocaremos el bizcocho a media altura en el horno, para que sea haga se forma homogénea por arriba y por abajo. Por eso mismo también es recomendable colocar el molde sobre la rejilla del horno, no sobre la bandeja.
  • Si cuando clavamos el palillo éste sale húmedo (lo que quiere decir que el bizcocho no está hecho), pero aún así ya está tostado por arriba, le colocaremos papel de aluminio por encima para que acabe de hacerse sin tostarse más.
  • Cuando el bizcocho esté listo lo sacaremos de inmediato del horno ya que, si lo dejamos en el horno, aunque esté apagado, el calor residual hará que se seque.
  • Para conservarlo lo guardaremos en recipientes herméticos o, una vez frío, lo envolveremos en papel film. Si lo envolvemos en caliente sudará y se humedecerá.

 

Archivada en: Aprende a cocinar desde cero Etiquetada con: Bizcochos, Conceptos básicos, dulces

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Comentarios

  1. ANA dice

    11/10/2013 al 10:32

    Pues ya tenía ganas yo de saber esto también. Gracias por enseñarmelo. Besitos

    Responder
    • Ana dice

      12/10/2013 al 14:12

      Gracias a ti mami! 🙂

      Responder
  2. Nuria Soria Nieto dice

    11/10/2013 al 15:45

    ¡Hola!
    Estamos haciendo un trabajo de lengua sobre un blog y hemos escogido el tuyo.
    Nos encanta esta receta y todas las que tienes, las fotos son de profesional y los textos están muy bien escritos ¡enhorabuena!

    Un saludo.

    Responder
    • Ana dice

      12/10/2013 al 14:06

      ¡Muchísimas gracias Nuria! No sabes la ilusión que me hace. Para cualquier cosa que necesitéis aquí estoy, ¿vale? En la página de contacto también está mi correo electrónico. Muchísimas gracias por tus palabras. ¡Un abrazo!

      Responder
  3. Cristina dice

    08/12/2016 al 23:22

    Me encanta cómo lo explicas, con detalle y muy claro!
    En cuanto sea posible, me pongo con ello.

    Felicidades por el blog, un beso

    Responder
    • Ana dice

      31/01/2017 al 10:50

      ¡Gracias por tus palabras Cristina!
      Un abrazo.

      Responder

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